¿Se imaginan a Rajoy (y más con la que está cayendo) organizando un Consejo de Ministros en la sede del Compos para festejar su centenario? Pues en Uruguay ha pasado una historia similar (con matices), demostrando todo lo que representa el fútbol en esa pequeña pero orgullosísima República Oriental.
Resulta que el 30 de abril de 1917 un grupo de picapedreros anarquistas residentes en el obrero barrio de La Teja de Montevideo y amantes del fútbol fundaron el Club Atlético Progreso. El nombre de la entidad representa bien el concepto que pretendían defender sus precursores bien el nombre de la calle donde empezaron a jugar sus encuentros. Se les conoce como los “Gauchos del Pantanoso”.

En cualquier caso, en la asamblea fundadora del Atlético Progreso se decidió que el color de la camiseta sería el negro por aquello de ser el oscuro -el otro es el rojo- uno de los tonos que representaban el anarquismo. Luego la camiseta muta a blanca y, por último, a una a rayas roja y amarilla en homenaje a Cataluña. El motivo es controvertido, pero según parece se consideró entonces que aquella era tierra de anarquistas (sobre todo después de la Huelga General Revolucionaria que se produjo en España en 1917 y que tuvo especial incidencia y seguimiento en Barcelona gracias a la CNT ). De hecho, el escudo del club tiene también los colores de la de los antiguos Reyes de Aragón. Y aún sus futbolistas visten con una camiseta que emula a la senyera y un pantalón negro para recordar sus reminiscencias anarquistas.
Pues bien, ese modesto pero casi centenario club –en su estadio Parque Abraham Paladino apenas caben según wikipedia unos 4.500 espectadores y únicamente han ganado un título nacional (1989)– tiene entre sus fundadores a un abuelo ilustre. José Vázquez fue uno de los que contribuyó a forjar esta entidad a principios de siglo… y su nieto Tabaré siguió su labor. Fue presidente del Progreso en el año que fue campeón y es el actual presidente de la República Oriental de Uruguay.

Así que para honrar al modesto club –que, por cierto, ahora preside el ex jugador del Celta Canobbio– Tabaré Vázquez decidió que el Consejo de Ministros público (una medida que extraña en Europa) tuviera lugar en la sede de la entidad este lunes. En un principio, los actos del centenario se iban a llevar a cabo en el Hotel del Prado, pero finalmente optaron por montar una carpa gigante en la sede del club –el ex Cine Miramar, remodelado para la ocasión- porque –según el diario uruguayo El País– “nadie quería contrariar al presidente”.
“Se trata del barrio en el que nació y vivió gran parte de su vida el presidente Vázquez”, contó el subsecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, quien apuntó también que “ es evidente el vínculo de él con el club y su historia. Ese vínculo tiene un capítulo relacionado con lo deportivo; pero no se limitó a eso. Tiene componentes de trabajo social y cultural importantísimos como los tablados en Carnaval, el cine, comedores y merenderos, con acompañamiento a las familias más necesitadas en momentos muy difíciles para la población de la zona”.
Así que todo Uruguay pudo seguir en directo el lunes ese Consejo de Ministros desde la modestísima sede de ese club de anarquistas y de catalanes que dentro de cinco días cumplirá cien años. Un destacamento de Blandengues (así se les llama a las unidades de caballería que desde tiempos del General libertador Artigas custodian al presidente del gobierno uruguayo) escoltó a los ministros en la puerta de acceso al local de El Progreso y allí hablaron de temas tan diversos como las relaciones de Uruguay con Venezuela (algo complejas parece ser en estos momentos) y del genocidio del pueblo armenio. También de fútbol, claro, aunque fuera de pasada y de su faceta más sentimental («Comprenderán la emoción y los sentimientos que me embargan en este momento, en esta reunión en el lugar donde nací. Y si volviera a nacer, quiero volver a nacer en La Teja”, dijo el Presidente Tabaré Vázquez).
Fútbol, pueblo y poder. ¿Se lo podrían siquiera figurar en 1917 los picapedreros anarquistas del Progreso? ¿Se imaginan algo parecido en España?
Fuentes:
http://www.elgrafico.com.ar/2011/01/25/C-3301-la-historia-de-progreso-de-uruguay.php