“Arranca Hernán. Vaya, vaya, vaya, vaya, vaya, vaya… ¡Va a hacerlo! ¡Va a ser gol, va a ser gol! ¡Tiróóóó! ¡Goooooooooooooooooolazo! Gol, gol, gol, gol de Costa Rica”. Así empezó a cantar el locutor Mario McGregor –más conocido como La Doble M– uno de los tantos más importantes de la selección costarricense.
Se ha escrito mucho sobre la narración de Víctor Hugo Morales de aquel prodigioso gol de Maradona ante Inglaterra, probablemente el mejor de todos los tiempos por fondo y forma, pero para el pequeño Estado centroamericano, el tanto que Hernán Medford consiguió ante Suecia en el minuto 87 de juego del último partido de la fase de grupos de Italia’90 en el Luigi Ferraris de Génova valió tanto como todo un Mundial. Y nadie en el país de la Pura Vida imagina ese momento sin la emoción que el locutor Mario McGregor le puso a ese momento. Y él se lo ganó a pulso porque nadie le regaló nada en su profesión.
Desde pequeño, McGregor tuvo claro que quería contar partidos de fútbol. “esto es un don de Dios. Desde que tengo uso de razón me gusta la narración. Narraba partidos ficticios en la escuela”, contó en una entrevista hace unos años. Pero su color de piel resultó un obstáculo al comienzo de su carrera, como reveló en 2015: “tras salir de Limón (la ciudad donde nación) recuerdo que en San José (la capital del país) me recomendaron a una radio y el director de esa emisora me dijo que no podía, por ser negro. Contra ese tipo de paradigmas tuve que luchar”. Decían que un negro no podía hablar bien español.
Sin embargo, siguió luchando por su sueño y al final el mismo que no le quiso hacer un hueco por su color le abrió las puertas de su emisora. Y empezó a despuntar hasta convertirse en la voz que iluminó para Costa Rica la señal televisiva del Mundial de México en el 86. Y, desde entonces, McGregor no se perdió ningún otro Mundial.
En 2014, fue proclamado por la cadena O Globo como el mejor narrador del Mundial de Brasil –sí, también hay escalafones en este trabajo, parece ser-. Y si uno escucha cómo cantó el gol de Bryan Ruiz a Italia –“Cántenlo conmigo, Costa Rica, canteeen conmigo canteeen hagamos que Costa Rica se levante. Levántense. Desde Limón hasta Guanacaste, levántense”– se da cuenta de que el título está perfectamente concedido. Fue, a su juicio “el mayor logro de mi vida en radio”.
La Doble M se fue el pasado viernes por culpa de un infarto. Había sido un año muy duro para él porque una de sus hijas, Paola, falleció en noviembre en un accidente de tráfico. La muerte de McGregor deja un hueco difícil de cubrir para muchos oyentes futboleros costarricenses, para quienes el fútbol sin la interpretación Mario no será ya la mismo.
¿Cuál era su secreto? “Yo fui entrenador y mi estilo es netamente futbolero”, pero sobre todo que “yo le narro al pueblo”. Con su permiso, le añado otro elemento que seguro que no le faltaba en su trabajo: que era feliz haciéndolo. Ojalá encuentre, allá donde esté, un micrófono, unos cascos… y un partido que imaginar.