Mi crónica: Juego de niños (3-3)

La vida de un aficionado es todo lo que pasa entre una cantada y un paradón de su portero. Entre una pifia de su ariete y el segundo de los goles en un partido. Dejando de lado ciertos rigores tácticos y cometiendo errores de bulto, el Córdoba y el Lugo jugaron al fútbol como si fueran niños. A ver cuál de los dos era mejor corriendo detrás de la pelota y chutando con más acierto a la portería, olvidando que cobran un buen dinero por vestirse de corto (algo que, por otra parte, se agradece de tanto en cuanto). El partido olía a Cropán y a plastilina. Hubiera sido un gran partido de los ochenta (si en los ochenta no se hubiera jugado tan rácanamente al fútbol). En esta fiesta adolescente –entiéndase tanto por lo de adolecer como por todo lo que tiene de maravilloso la niñez- fue mejor el Córdoba, sin duda. Pero no ganó por lo que ahora leeremos.

Oltra puso lo mejor que tiene ahora mismo, es decir, lo de siempre. Luis César metió a Marcelo Djaló en el centro de la defensa en busca de la seguridad defensiva que les faltó en los dos primeros partidos (y que tampoco encontró en El Arcángel). El césped –también muy ochentero- invitaba más al pelotazo que a tocar a ras de verde, pero ambos equipos quisieron mimar el cuero desde el comienzo.

Así, el Lugo advirtió pronto con un centro de Jordi Calavera que no pudo rematar Pedraza, pero daban más sensación de peligro las combinaciones entre Juli, Pedro Ríos, Alfaro y Rodri. Tras un pase de Pedro Ríos, ya en el 18’, Djaló atropelló a Pedro Ríos cuando intentaba acercarse a la meta de José Juan. Tan fuerte fue el empellón que Ríos tuvo que ser sustituido por una posible luxación de clavícula. El árbitro obvió la falta, que podría haber sido hasta de roja. El lugar de Ríos lo ocupó Guille Donoso, que no desentonó.

Rodri rompió el fuego con un formidable remate con la diestra después de un balón que fueron incapaces de despejar con contundencia los centrales del equipo gallego. El choque de niños se ponía muy de cara para los nuestros, que se gustaban tocando y hasta se sobraban con alardes y florituras cuando rondaban la meta rival. La pifiaron Alfaro y Rodri y aquí empezó a dejar de ganar el partido el Córdoba.

Sobre todo porque en el 42’ el Lugo marcó aprovechando un error de parvulario. Un saque de esquina lanzado desde la derecha del ataque cordobesista acabó en una rápida transición culminada con brillantez por Campillo y con torpeza por Kieszek, que trató de blocar en lugar de despejar. Una primera parte que podría haber terminado 3-0 acababa 1-1 por un despiste grave.

La segunda parte comenzó con una redención. Kieszek desvió in extremis un cabezazo del mismo que le amargó unos minutos antes. Rodri aprovechó una torpeza de Djaló que empujó a Deivid, para meter de penalti el segundo. Pero poco después, en la misma tónica de locura, Joselu aprovechó una indecisión en la defensa (y una mano de su compañero Campillo) para marcar en la que fue durante un año su portería. Luego contó Oltra que ese segundo gol fue el que más le dolió a su equipo.

Golccf

Luis César hacía dos cambios para tratar de poner coto a la locura, pero como quiera que la tarde-noche iba de chavalería, el caudal ofensivo en ambos sentidos era incontrolable Guille Donoso la puso de dulce apenas unos minutos más tarde para Rodri, quien estuvo a punto de colar su tercer gol del día. Falló por poco el sevillano, pero no lo hizo tras un saque de esquina Miquel, que trajo viejos fantasmas a El Arcángel por el terror que generaban el año pasado las acciones a balón parado. 2-3 con menos de un cuarto de hora por jugar.

La grada empezaba a impacientarse y Oltra dio entonces rienda suelta al desenfreno absoluto dando entrada a Piovaccari y jugando así con hasta cuatro hombres de ataque. Fue el italiano precisamente quien puso el colofón a este partido loco de fútbol luchando una pelota -¿tal vez cometiendo juego peligroso?- y llevándosela como se la llevan los delanteros grandotes en las pachangas y forzando un penalti justo –justo por lo de que puede o no serlo- gracias al típico defensa torpe –Leuko lo parece-, que además luego protesta y es expulsado.  Juli lo metió y todos (des)contentos, pero los nuestros más aliviados.

Lo bueno, que el Córdoba volvió a sacar un punto de un partido ya perdido. Lo malo, que el partido transcurrió entre errores de bulto y durante la segunda parte al ritmo y al son que marcaba el rival, entonando todos canciones de cuna.

JUGARON

POR EL CÓRDOBA: Kieszek; Antoñito, Rodas, Deivid, Cisma; Luso, Edu Ramos (Caballero, 70´); Pedro Ríos (Guille Donoso, 20’), Alfaro (Piovaccari, 77’), Juli y Rodri.

POR EL C.D. LUGO: José Juan; Jordi Calavera, Miquel, Djaló (Dealbert, 61), Manu; Seoane, Pita; Igor Martínez (Iriome, 61’), Campillo, Pedraza (Leuko, 82’) y Joselu.

GOLES: 1-0, Rodri (21’); 1-1, Campillo, (42’); 2-1 Rodri de penalti (51’); 2-2, Joselu (61’); 2-3, Ignasi Miquel (76’); 3-3, Juli de penalti (90’)

ÁRBITRO: Pulido Santana (canario). Amonestó a los visitantes Seoane, Manu y Djaló. Expulsó a Lekuo (90’).

ESTADIO: El Arcángel. 14.449 espectadores

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