Mi crónica: ¿En qué pensaban? (0-1)

Me gustaría saber en qué pensaban los defensas del Córdoba durante los dos últimos minutos del partido ante Osasuna. Tal vez se vieran ya en los vestuarios. O en Primera. O en Segunda. O evocaran sus respectivas infancias, en las que un despiste no costaba nada más que el reproche de un entrenador o de uno mismo. La acción que termina suponiendo que un partido claramente destinado a ser 0-0 (o 1-1 o 2-2) mute a un 0-1 es impropia de profesionales. Que el Córdoba pierda siempre es doloroso, que lo haga así resulta indignante. Tal vez no se den cuenta, pero esa pachorra final puede haber costado toda una temporada. Así de claro.

Y eso que el Córdoba no rehuyó la pelea al principio y empezó muy metido en el encuentro. A base de empellones fue arrinconando al cuadro pamplonés durante los primeros minutos. No era primoroso, pero era emotivo. Un centro que remató Florin Andone con el cuello pudo haber supuesto el 1-0 en el 5’. Después fue Pedro Ríos (19’ de juego) el que estrelló una falta en el larguero.

Las amarillas fueron surgiendo del bolsillo de un árbitro –Valdés Aller- que dejó hacer a los futbolistas en un partido duro. Primero Héctor Rodas, luego Urko Vera y Miguel Flaño (a éste por darle una patada sin querer a Florin Andone en la cara).

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En determinado momento de la primera parte –y sin que mediara motivo aparente alguno- Osasuna se fue haciendo con el control del choque. Stankevicius no estaba fino en las entregas y Álex Berenguer, el interior zurdo rojillo, le hacía sufrir. Precisamente el propio Berenguer probó a Razak tras una buena acción individual y luego fue Pucko quien pudo marcar en un mano a mano. El 4-4-2 de Oltra empezaba a resultar previsible ante un rival que se guarecía bien.

En los vestuarios se quedó Markovic dejando su puesto a Víctor Pérez. La labor del manchego volvió a ser insustancial, porque ni aportó fluidez ni –por supuesto- velocidad en el centro del campo. El peligro llegaba a balón parado –merced a un remate de Héctor Rodas- o en arranques de genio de Florin Andone. Pero no había ninguna conexión entre líneas.

Martín, técnico osasunista, lo vio claro: esperar y salir a la contra. Dio entrada a Kenan Kodro, De las Cuevas y Nino y el partido mejoró para sus intereses. Por el contrario, Oltra empeoró su once con la inclusión de Nando y de Pineda. Ninguno de los dos aportó nada al conjunto.

Así se llegó al increíble tramo final. El Córdoba se hundió física o mentalmente y Osasuna se creció. Primero De las Cuevas probó a Razak y, casi a acto seguido y en una jugada que habría resultado casi cómica si no fuera trágica para nuestros intereses, ni Rodas, ni Deivid ni Stankevicius ni Cisma fueron capaces de despegar un contundencia una pelota que se fue complicando hasta que llegó a Berenguer, que aprovechó el regalo con su diestra.

Tercera derrota seguida como local, otra diferencia de goles perdida ante un rival directo, otra vez goles en los minutos finales de partidos y otra vez ese frío terrible que uno siente cuando lo que ve y padece no se lo puede explicar.

JUGARON:

POR EL CÓRDOBA: Razak, Stanke, Deivid, Rodas, Cisma, Eddy, Markovic (Victor Pérez, 46′), Pedro Ríos (Nando, 64′), Fidel (Pineda, 83′), Xisco y Florin

POR EL ATLÉTICO OSASUNA: Nauzet, J. Flaño, M. Flaño, David García, Oier, Merino, R. Torres, Urko Vera (Nino, 72′), Pucko (Kodro, 68′), Álex B. y A. Otegui (De las Cuevas, 51′).

ÁRBITRO: Jorge Valdés Aller, (leonés). Amarillas a los locales Hector Rodas (20′), y Cisma (74′); y a los visitantes: Urko Vera (21′), Pucko (28′), y Flaño (29′).

GOL: 0-1: Berenguer, 92′

ESTADIO: El Arcángel. 15.000 espectadores.

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