
Escribe Javier Sanz en su “Elogio del Guardameta” que, a diferencia de en las demás demarcaciones, en la posición de portero no hay reconversión alguna y “si la vida es breve, no queda otra que buscar la plenitud donde se pueda desarrollar”.
Eduardo Teus López-Navarro nació en 1896 en Manila cuando las Islas Filipinas todavía eran parte de España, aunque su familia se instaló en Madrid siendo él todavía muy pequeño. Cursó estudios en Londres en el colegio Saint Joseph y allí se aficionó al fútbol. De regreso a la capital de España, se incorporó con 17 años a las categorías inferiores del Madrid Football Club -que todavía no era Real-. Eduardo jugaba entonces de centrocampista y delantero, pero tras un -imaginamos que brutal- choque en un encuentro ante el Sporting de Portugal sufrió un colapso en el corazón que le alejó de los terrenos de juego durante varios meses. Cuando regresó, Teus ya no quería otra cosa sino defender la portería.

En las crónicas se dice del hispanofilipino que fue el primer meta que se atrevía a salir fuera del área y que era tan valiente que sufrió muchas lesiones por no perderle nunca la cara a los delanteros rivales. No obstante, era el habitual suplente de Pablo Lemmel… hasta un episodio en Barcelona. Parece ser que tras el primero de dos partidos seguidos ante el Barcelona a domicilio Lemmel se fue de juerga y no hizo noche en el hotel con el resto de sus compañeros. Bernabéu -capitán del equipo- decidió sentar a Lemmel y darle la alternativa a Teus, quien se había pagado de su bolsillo el viaje a la Ciudad Condal (eran, claro, otros tiempos).
Teus convence y se queda con el puesto, participando en la histórica semifinal de Copa de 1916 ante el Barcelona que requirió de cuatro encuentros para resolverse. Al año siguiente el Madrid tiene otra tensa semifinal ante un conjunto barcelonés, el España. Como la final ante el Arenas se iba a jugar en Barcelona, los jugadores blancos temían un ambiente hostil en su contra y Teus, ni corto ni perezoso, escribió una pieza que fue publicada en la prensa catalana. Funcionó y, ante un público indiferente, el Madrid se impuso 3-0 al conjunto de Getxo.
Tras otra final de Copa disputada -y perdida ante la Real Unión-, Teus sufre una lesión en el menisco que le obliga, a los 22 años, a dejar la práctica activa del fútbol (que no su pasión por este deporte).

Licenciado en Derecho e interventor del Estado, aprovechó sus conocimientos para hacerse un hueco como cronista deportivo en “El Impacial” primero y luego en “El Sol”. Tras la guerra firmó en el “Diario España”, de Tánger y, por último, en “Marca” y “YA”. Teus podía presumir de haber presenciado 57 de los primeros sesenta partidos de la Selección Española de fútbol, acompañándola a Juegos Olímpicos y el Mundial de Italia.
Después de la Guerra Civil, Teus recoge el testigo de García Salazar y se hace cargo de la Selección durante seis encuentros en los que tuvo que hacer encaje de bolillos para recomponer un equipo destrozado por el conflicto fratricida. Sus números, con todo, no fueron malos. Tres victorias, una derrota ante la potente Italia y dos empates, uno de ellos ante Alemania.
Sin embargo, la derrota 4-0 ante los italianos sentó muy mal al mandamás Moscardó y, además, del 42 al 45 España no pudo disputar encuentros internacionales por la Guerra Mundial. En ese margen la Delegación Nacional de Deportes emitió una orden por la cual se declaraba incompatible la función periodística con el cargo de seleccionador. Teus se decantó por el periodismo y lo ejerció hasta sus últimas consecuencias.
Hombre con recursos e ingenio, Teus fue el inventor del famoso “Marcador simultáneo Dardo”, por el que -gracias a comunicaciones telefónicas- se informaba a los asistentes a los encuentros en los estadios los resultados de Primera mientras se iban desarrollando. Todo con un interés comercial detrás, porque cada choque estaba patrocinado. Por ejemplo: Vermut Cinzano podía pagar para anunciarse en un Córdoba-Real Madrid.
La vida de Teus siguió felizmente hasta el 8 de octubre de 1961. Ese día cubría un Athletic Club-Real Madrid en San Mamés correspondiente a la sexta jornada de Liga. El Madrid juega bien y en el 65’ una acción entre Di Stefano y Gento es culminada por Tejada en el segundo gol visitante. En ese momento, se produce un revuelo en la tribuna de prensa tras el que se ve a Teus con el lápiz en la mano y la cabeza sobre la cuartilla. Los médicos del club vasco no pueden salvarle de un infarto fulminante. Su mujer estaba en el campo y vivió la terrible experiencia. Sus últimas líneas fueron: “Diecinueve minutos. La internada de Gento. El pase atrás. Y lo clava Tejada”.
Eduardo Teus tuvo una placa en su honor tanto en el Bernabéu como en San Mamés. Amó el fútbol desde el campo y luego desde la tribuna. Y lo hizo hasta el final.
Fuentes:
“Elogio del guardameta”, Javier Sanz (Editorial Renacimiento)
https://dbe.rah.es/biografias/65935/eduardo-teus-lopez-navarro
https://as.com/opinion/2017/03/16/blogs/1489679663_1020117.html