Os Belenenses: la historia de un bocadillo de chorizo envenenado, de dos mozambiqueños que abrieron el camino a Eusebio en Portugal, de los dos Mourinhos… y de los dos clubs enfrentados

Únicamente cinco equipos han ganado la liga portuguesa desde su primera edición en 1934. Los tres grandes -Benfica, Porto y Sporting-, el Boavista (2000-01) y Os Belenenses (1945-46). Os Belenenses es el tercer club de la capital y el primero del barrio de Belém, acaso el más turístico de Lisboa por el colosal Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, el monumento dedicado a los Descubridores y por sus celebrados pasteles. Una zona concebida desde siempre para epatar a los visitantes y en cuyos aledaños -en la Estación Marítima de Alcántara, concretamente- recibió en 1930 Fernando Pessoa a Aleister Crowley. El escritor había invitado a la Bestia 666 -tal era el apodo del mago británico- porque había encontrado un error en un horóscopo que le había hecho. El encuentro de ambas figuras fue muy comentado en esos tiempos y generó mucha controversia. Y dicen que a Pessoa no le hizo ninguna gracia la negra capa y los ojos maliciosos de su visitante.

Belém también es una de las zonas con más tradición futbolera de todo Portugal. A un paso de la sede de la presidencia de la República y a dos de la pastelería de los Pastéis de Belém una placa en un edificio de la Caixa Geral de Depósitos indica que en ese sitio el 28 de febrero de 1904 nació el Sport Lisboa e Benfica. Unos metros más allá, en la Plaza Afonso de Albuquerque, un banco rememora cuando en plena euforia por el reciente final de la I Guerra Mundial un grupo de amigos que jugaban en Belém para otros equipos se animaron a crear Os Belenenses. (Rizando el rizo: en el anejo barrio de Alcántara juega desde 1942 en el estadio Tapadinha otro histórico como el Clube Atlético Portugal).

Os Belenenses creció con mucha rapidez. Cuentan que incluso un presidente de la República -Manuel Teixeira Gomes- acudía a verle jugar en sus inicios. Su primer éxito local fue conquistar la macabra “Copa de los mutilados de Guerra” en 1920 al Sporting y luego llegaron tres Campeonatos de Portugal (26-27, 28-29 y 32-33) y la Taça de Portugal de 1942 (venció 2-0 al Vitoria de Guimarâes). De esos tiempos es la primera gran estrella del club, Pepe Soares. Su estatua preside hoy la entrada del campo de Restelo y cada vez que el Oporto visita al Belenenses lleva un ramo de flores en señal de respeto. Soares nació en una familia pobre y era considerado el mejor jugador portugués de los años veinte. Murió con apenas 23 años tras sufrir una caída en su trabajo como tornero. Se dice que una de las causas de su fallecimiento fue que su madre, que no sabía leer, confundió la sosa caústica con la sal al hacerle un bocadillo de chorizo. Su entierro movió masas e incluso el legendario Zamora acudió a Lisboa.

Estatua a Pepe Soares en Restelo (Toni Cruz)

La gesta de la que más pueden presumir los seguidores del club de la Cruz de Cristo es la Liga conquistada en la 45-46. Llegaban a la última jornada con opciones Benfica y Belenenses, con un punto de ventaja para los segundos. El Benfica solventó su choque con brutal contundencia ante el Sporting (7-2) mientras que en Salesias -entonces el campo de Belenenses- el modesto Elvas daba la sorpresa al minuto 75 venciendo 0-1. Sin embargo, en esos tiempos se hicieron célebres en Portugal los “quince minutos de Belenenses”. Su campo rugía como ningún otro en el campeonato y los rivales sufrían un miedo escénico en los minutos finales que decantaba los partidos del lado local. Así sucedió en esa jornada histórica del 46 y primero Quaresma y luego Rafael marcaron los goles de la remontada y del único título de la historia de Belenenses. Tal emoción sintió Rafael que tras ese choque decidió abandonar el fútbol para “poder sair en beleza” (creo que no requiere traducción). Eran los tiempos de las “Torres de Belém” como eran conocidos sus tres defensas: Capela, Vasco y Feliciano.

Os Belenses en la 58-59 (Sport Ilustrado)

Tal fue la fama del club en esos tiempos que fue el invitado de honor del Real Madrid para inaugurar en 1947 el estadio Santiago Bernabéu, por aquel entonces conocido como Nuevo Estadio Chamartín (ganó el Madrid 3-1).

El siguiente episodio legendario del club azulino tiene aromas meridionales. El 4 de septiembre de 1951 llegó a la metrópoli lusa para fichar por Belenenses Sebastiao Lucas de Fonseca, más conocido como Matateu. Nacido en Lourenço Marques, ahora Maputo (Mozambique), fue el primer africano en llegar al fútbol portugués y uno de los que allanó el camino al genial Eusebio. Un ex futbolista de la entidad lo descubrió jugando en la entonces colonia y le contrató para el club como oficinista -fue una exigencia de Matateu- cobrando 1600 escudos, que era lo mismo que ganaban el resto de sus compañeros en Belenenses. Delantero poderoso, se proclamó máximo anotador del torneo en 1953 y 1955. En su estreno salió a hombros de Restelo tras meterle dos al Sporting en un 4-3. Tras trece temporadas en Restelo, la fractura de su pierna lastró su carrera. Disputó 27 partidos con la selección portuguesa, para la que coló 13 goles. En un choque ante Argentina se anunció por la megafonía del estadio que acababa de ser padre…lo que provocó que a su hija le pusiera de nombre Argentina.

Belenenses pudo haber sido campeón en la 54-55, pero Matateu falló un gol cantado del que siempre se lamentó. Paradójicamente un gol del sportinguista Martins, que terminó el partido llorando de pesar, le regaló el título al eterno rival Benfica.

Amália Rodrigues, ilustre hincha de Os Belenenses (Belenenses Ilustrados)

En el actual Restelo hay una placa que honra el recuerdo de Matateu, que se retiró del fútbol a los 50 años en Canadá. Al lado de la placa del delantero está la de su hermano Vicente Lucas, que nunca jugó en otro equipo que no fuera Belenenses. El gran éxito de Vicente fue secar en seis partidos internacionales a Pelé sin masacrarle a faltas. Cuando llegó procedente de Mozambique quiso aclarar: “yo soy Vicente, no Matateu II” y cumplió. Vicente jugaba de central y formó parte del equipo liderado por el también mozambiqueño Eusebio que llegó a semifinales del Mundial de Inglaterra en el 66 tras superar a Hungría, Bulgaria, Brasil y Corea del Norte. Cuando le preguntaban a Vicente por su gran torneo sólo acertaba a decir: “Pensaba que venía solo para marcar a Pelé” y cuando trataban de sacarle más palabras acerca de cómo era secar al mejor jugador del mundo contestaba: “no sé. Yo voy andando”. Por cierto, a esa Portugal la echó del torneo el marcaje de Styles a Eusebio en semifinales.

El legendario capitán José António (Belenenses Ilustrados)

Con los hermanos Matateu y Vicente en el campo y el legendario entrenador brasileño Otto Gloria en el banquillo, Belenenses logró su segunda Copa en la 59-60. Fue ante el Sporting y el gol del 2-1 final fue obra de Matateu.

Desde ese momento comenzó un lento declive que condujo, a pesar de algunas participaciones europeas, al primer descenso en la 81-82. En esos tiempos defendieron la celeste primero un portero llamado José Félix Mourinho y luego su hijo, un centrocampista llamado José Mourinho. El ahora técnico del Tottenham coló dos goles en la categoría de plata portuguesa en el equipo de Belém.

Tras dos años de penar por Segunda, en1989 llegó el canto del cisne de Os Belenenses. En el Estadio Nacional un golazo de falta del centrocampista Juanico le dio su tercera y última Copa hasta la fecha. Fue ante el Benfica (2-1) y la imagen de su capitán recogiendo el trofeo es la última gloriosa para sus seguidores. Ese líder que alzó el trofeo, José Antonio -con un aspecto físico muy similar al Doctor Frasier Crane- fue el final de la saga de grandes jugadores que ha aportado Belenenses al fútbol luso. Típico futbolista sacrificado y que equilibra un equipo, tuvo minutos en el Mundial de México 86 y su muerte en 2005 de un infarto mientras jugaba al fútbol y con apenas 47 años conmocionó al club.

Celebración de la Copa del 89 con Os Jerónimos al fondo (Belenenses.com)

El triste giro de los acontecimientos para este histórico del fútbol portugués arranca en 1999 con su transformación en Sociedad Anónima Deportiva. En 2017 la SAD quiso dar un golpe de estado a lo que era el club de fútbol para asumir su control total y la negativa de los dirigentes provocó una escisión que dejó a un club llamado Belenenses SAD en Primera y a otro -el auténtico Os Belenenses- lo envió a la sexta división portuguesa. El Belenenses SAD no puede jugar en Restelo -lo hace en Jamor, el estadio Nacional- ni tampoco usar su escudo.

En la 19-20 Belenenses -la SAD- se salvó con apuros del descenso a Segunda llevando apenas 200 o 300 seguidores de media al campo. En esa misma temporada, Os Belenenses ascendió a I Divisâo Distrital de Lisboa (lo que viene a ser una cuarta categoría del fútbol luso) manteniendo la llama de la ilusión de la auténtica afición del club. Para Belenenses juega el ex cordobesista Afonso Taira, para Os Belenenses trabaja en la Dirección Deportiva su padre, también llamado Taira cuando era futbolista. La cantante de fados Amália Rodrigues decía que simpatizante de Belenenses por el color azul de sus camisetas: “el azul es el color de los celos”. Celos, nostalgia, saudade… Qué gran país es Portugal, qué hermosa es Lisboa y qué necesaria es para los románticos la supervivencia de entidades como Os Belenenses.

Fuentes:

História de 50 anos do desporto portugês (A Bola)

Lisboa Mágica, de Ángel González

https://www.lavanguardia.com/deportes/20150828/54436085443/el-nostalgico-belenenses-regresa-a-europa-con-un-equipo-100-portugues.html

https://maisfutebol.iol.pt/efemeride/artur-jose-pereira/o-dia-em-que-nasceu-o-belenenses

https://www.marca.com/2010/06/01/futbol/equipos/real_madrid/1275382559.html

https://belenensesilustrado.blogspot.com/2012/10/amalia-belenenses.html

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