Una vez, después de que su United no pasara del empate a cero ante el Hibernians de La Valletta, dijo Bobby Charlton que el fútbol en Malta es como el Sáhara. Ya no. El estadio nacional de Ta Qali cuenta con unas instalaciones adecuadas para cualquier partido internacional, pero en los setenta y ochenta (supongo que casi hasta durante los noventa) rendir visita al flojo combinado maltés podía ser un suplicio para las selecciones más poderosas del planeta.
Malta, que nunca ha sido capaz de acceder a una fase final de una Eurocopa o un Mundial, comenzó a competir a nivel internacional en 1957. Fue aplastada en la fase previa de la Eurocopa del 64 ante Dinamarca y luego apenas consiguió un punto en su grupo clasificatorio para la Euro del 72 (no consta su intento de participación en la del 68).
Pero los marcadores de Malta como local no reflejan esa tremenda diferencia que se presupondrían entre un combinado tan modesto y otros con mucha tradición y repletos de profesionales. Malta, de hecho, fue capaz de derrotar en el segundo partido de su historia 3-0 a Dinamarca en un amistoso y en esos años 60 y 70 cosechó empates domésticos ante Noruega, Luxemburgo, Grecia o Argelia. Incluso la Inglaterra campeona del Mundo, en lo que los malteses siguen llamando su partido del siglo, sufrió para vencer 0-1 en su duelo clasificatorio para la Euro del 72. La prensa de Londres llamó “puñado de camareros” a los jugadores malteses y en la antigua colonia británica la mínima derrota se festejó con orgullo.
En 1975 llegó, al fin, el primer triunfo maltés en un encuentro oficial. Su víctima fue Grecia, que fue derrotada con goles de Ritchie Aquilina y Vincent Maxi Magro. En esa misma fase de clasificación para la Eurocopa del 76 Alemania las pasó canutas para superar 0-1 con un gol de Bernd Cullmann a la correosa selección del país mediterráneo.

La Mannschaft, en consecuencia, debía estar sobre aviso en 1979 de que su partido en el Empire Stadium de Gzira no iba a ser sencillo. Era, otra vez, encuentro valedero para una Eurocopa. En el primer choque del grupo Malta había exhibido sus carencias como visitante en Gales (7-0), pero actuando ante su público era otra cosa. Y más en ese Empire Stadium. El que era primer campo de Malta fue diseñado y construido por Carmelo “Meme” Scicluna y era mucho más que un estadio de fútbol. Se hacían competiciones de atletismo, de boxeo, espectáculos de circo… y el lugar -sí, el propio Empire Stadium- donde nació el hijo de su creador, John Scicluna.
Pues bien, el 25 de febrero de 1979 el seleccionador germano Jupp Derwall alineó a futbolistas como Maier, Förster, Bonhof, Fischer, Müller o Rummenigge para no ser sorprendidos en su visita a Gzira. No hay vídeos -al menos yo no los he encontrado- de ese partido, pero sí de otros sobre ese terreno de juego y uno se puede imaginar por las crónicas lo que tuvo que ser ese choque. El técnico maltés Víctor Scerrri -que duraría en su puesto hasta el histórico 12-1 que España le metió en Sevilla- supo aplacar el ataque alemán y además el meta Sciberras cuentan que tuvo un día feliz. Como curiosidad, o más bien como indicativo de lo modesto del combinado, en el once maltés había dos jugadores apellidados Farrugia y tres apellidados Xuereb. La crónica del Times of Malta dice que incluso Maier tuvo que emplearse a fondo ante una falta lanzada por Vincent Magro.
El esfuerzo de los futbolistas locales, un terreno de juego que más bien parecía de fútbol playa y hasta unas desconcertantes porterías con postes pintados a dos colores terminaron preservando el 0-0 final. Uno de los pinchazos más sonados de la historia del poderoso fútbol alemán y probablemente la mayor gesta de la magra trayectoria de Malta como selección.
Poco les importó a los 10.000 seguidores que acudieron al campo de Gzira desafiando una huelga del transporte público que en Alemania se dijera que aquel campo parecía una «cancha de tenis dura» o «lo peor que se haya esperado para un grupo profesional en una competencia europea». El festejo para los aficionados al fútbol de Malta debió ser inolvidable.

Alemania apenas cedió otro empate durante esa fase de clasificación y terminó ganando la final de la Eurocopa de 1980 disputada en Roma ante Bélgica. Malta, por su parte, no sumó ningún punto más en sus restantes cuatro partidos de esa fase previa.
El Empire Stadium de Gzira fue clausurado en 1981 por motivos de desarrollo urbanístico de la ciudad. La UEFA jamás permitiría en estos tiempos que una selección del potencial de Alemania jugara en un campo como aquel y la tendencia es que todos los campos de fútbol se parezcan hasta la terrible uniformidad. Una política que contribuye probablemente al espectáculo, pero que cercena la consecución de gestas como esta que estamos contando. Y la ilusión de los aficionados de las selecciones que (casi) siempre pierden.
Fuentes:
http://srsportinguista.blogspot.com/2016/02/1979-heroicidad-maltesa-ante-alemania.html
https://timesofmalta.com/articles/view/Key-moments-in-Maltese-football.484886
https://www.mfa.com.mt/en/national-team-all-results.htm
https://www.20min.ch/sport/fussball/story/Als-Malta-die-Deutschen-schockte-11289434