La trágica vida (y muerte) del primer profesional del fútbol: Jimmy Love

“The English Game” es la serie de moda entre los amantes de la historia del fútbol. En seis capítulos, y de manera muy cuidada, explica cómo se forjó este espectáculo de masas en las últimas décadas del XIX durante la Inglaterra victoriana y en plena revolución industrial.

Los clubes y los protagonistas de la historia son reales, aunque en algunos casos los guionistas se toman ciertas licencias a la hora de presentar un producto más digerible. Arthur Kinnaird es el aristócrata que termina asumiendo que el fútbol no puede entenderse como un privilegio de su clase y Fergus Suter encarna la estrella popular que empieza jugando por placer y termina cambiando de camiseta por necesidad.

En un segundo plano es presentado Jimmy Love. De hecho, parece un Obélix bonachón casi siempre sometido a las decisiones del “Astérix” Suter, que es quien demuestra -en la ficción- tener mucho más carácter y dotes de mando. Parece que la realidad es bien distinta.

Según “Scottish Sport History” -y con el permiso de @TheRebelDelgado, la mayor eminencia de historia del fútbol británico que conozca en España- Jimmy Love tiene detrás una historia trepidante.

Love nació en las afueras de Glasgow in 1858 en una familia de clase media. Su padre, que empezó de gerente de una carbonería situada junto a la estación Sur de la ciudad, acabó en la ruina en 1877 tras fracasar en un negocio que emprendió de limpieza y suministro de carbón. Al hijo no le fue demasiado bien tampoco en los negocios –era contratista de limpieza de calles– y un comerciante de caballos le demandó por una deuda impagada. En 1878 los dos caballos de Love y todo su equipo fueron vendidos en subasta pública y dos semanas después fue citado al Tribunal de Glasgow de bancarrotas, pero no apareció y el juzgado aplazó un mes la vista. Como a la segunda citación -en noviembre de 1878- tampoco compareció el Sheriff Walter Spens emitió una orden de arresto que nunca se ejecutó. James Love se escapó a Darwen huyendo de sus deudas.

Love jugaba, como se explica en The English Game, muy bien al fútbol en el Partick -nada que ver con el Partick Thistle actual-. Un club modesto que se convirtió en cantera para los emergentes clubs del norte de Inglaterra. William Kirkham, el primer jugador escocés que se sepa que acabó jugando en Inglaterra, le ayudó a que fichara por el Darwen, equipo que también le conoció de varios amistosos que el Partick disputó a comienzos de 1878 por Lancashire.

A Love le fue bien al principio en Darwen. Formaba una buena sociedad atacante con un tal Tommy Marshall y era admirado por el público. Además, cobraba por jugar -probablemente fuera el primero en hacerlo en este deporte, cuando todavía no estaba admitido el profesionalismo en la Football Association- y también llevaba a cabo otros trabajos sin especificar.

Pero en 1879 Love salió del Darwen por motivos desconocidos. En The English Game se especula con una brutal lesión, pero lo único que se conoce con certeza es que dejó de jugar y que no tenía ningún ingreso conocido. A Glasgow, además, no podía regresar por la orden de arresto que pesaba en su contra. En consecuencia, parece ser que optó por el único recurso que le quedaba a un hombre joven y en forma: se enroló en el ejército.

Al parecer, Love se alistó en los Royal Marines en Liverpool el 24 de febrero de 1880. A partir de ese momento, Love sirve primero en el cuartal de Chatham y allí es ascendido a cabo antes de ser llamado a la acción en 1882. Ese año se embarca con destino a Egipto, donde los británicos luchaban contra un levantamiento nacionalista de Ahmed Urabi. El ex futbolista participó en la toma de Alejandría y allí, debido a unas fiebres, murió en el hospital militar de Ismailia. La tumba del Cabo Love se encuentra en el memorial que existe en el cementerio de Tel-el-Kebir. Al padre de Love se le hizo conocer el fallecimiento de su hijo junto a una medalla conmemorativa. No hubo obituarios. La muerte del primer jugador de fútbol profesional pasó absolutamente desapercibida para la prensa británica.

P.S. Suter, el otro héroe del Darwen, siguió la estela de Love por los mismos motivos económicos: se quedó sin trabajo en Glasgow. Y su marcha al Blackburn pudo obedecer a una jugosa oferta económica… o a que había dejado embarazada a una empleada doméstica. A veces la ficción es mucho más bonita que la realidad. O siempre.