La historia de la singular selección de Haití del 74 y de los seis minutos durante los que le fue ganando a la poderosa e imbatida Italia de Dino Zoff

Hagan la prueba y tomen conciencia de lo que son seis minutos ahora que les puede sobrar el tiempo. Imaginen un orgasmo de seis minutos. Un éxtasis de seis minutos. Una felicidad plena de seis minutos. Fue todo el tiempo que pudo ser feliz un país tradicionalmente poco afortunado gracias al fútbol.

Haití llegó al Mundial de Alemania de 1974 como la segunda selección caribeña en la historia de esa competición. En el Hexagonal que albergaron en Puerto Príncipe durante el año anterior ganó a todos sus rivales menos a México, la favorita, que se perdió entre quejas por la cercanía de su hotel de concentración con un prostíbulo lleno de dominicanas y por el vudú que les atenazaba. No obstante, el amateurismo de la inmensa mayoría de los componentes del plantel y el poderío de sus rivales en el grupo 4 (Italia, Polonia y Argentina) le auguraban un futuro corto y poco fructífero en tierras germanas.

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Página del facsímil del álbum del Mundial’74 de Panini (Toni Cruz)

Por si fuera poco, a Haití la gobernaba un dictador sanguinario y zumbado. Duvalier no dudaba en meter sus manazas en todos los asuntos de su empobrecido país. De hecho, durante el torneo hizo alguna “sugerencia” para sus alineaciones al técnico (y oficial) Antoine Tassy. Tassy, por cierto, había suplido al triestino Ettore Trevisan, el verdadero artífice del milagro haitiano. A Trevisan el gobierno de locos del país más pobre de América le fue minando la credibilidad a través de infundios en la prensa que gobernaba después de la clasificación y -tal vez- una vez que se conoció que el primer rival en el torneo sería precisamente Italia.

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twitter: @perezeliezer

La concentración en el sur de Alemania tampoco fue una fiesta. Únicamente dejaron a los seleccionados salir del hostal en el que residían a pasear en una ocasión y para visitar un Zoológico. Su consuelo era pensar en el Fiat 147 que la dictadura les había prometido tras lograr la clasificación.

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Zoff junto a Francillon (FIFA)

Nada de eso afectó a los once haitianos que vistieron la camiseta roja y el pantalón negro el 15 quince de junio de 1974 en el Olímpico de Múnich. 70.000 espectadores se habían dado cita para presenciar la presumible paliza de la subcampeona del Mundo Italia a la novata. En la azzurra jugaban Facchetti, Mazzola, Rivera, Riva, Chinaglia, Capello… y Dino Zoff. Zoff llevaba sin recibir un gol con su selección doce partidos. Italia llegaba al Mundial como una de las grandes favoritas y no había encajado en ninguno de los seis partidos de la fase de clasificación ni luego en sus victoriosos amistosos ante Brasil, Suecia y dos veces contra Inglaterra.

Esa tarde Haití se plantó bien en el campo, cediendo la pelota a su poderoso rival pero defendiendo con orden y con su meta Henry Francillon, que luego acabó jugando precisamente para el 1860 Múnich, como gran estrella. Al descanso, 0-0 con la sensación generalizada en el ambiente de que el gol italiano acabará cayendo pronto.

Pero no fue Italia quien celebró primero. Tras un rechace, Philippe Vorbe -el único blanco del equipo e hijo del Ministro de Deportes del país– recibió una pelota en el centro del campo y la pasó con el exterior en un soberbio detalle técnico para la carrera de la estrella y referente ofensivo del equipo, Sannon. Así le contó la jugada -minuto 46 de juego- el propio Vorbe a la FIFA: “sólo había un defensa en su sitio, Spinosi. Así que vi a Sannon con espacios y fui capaz de golpear y meter la pelota para que Manno (Sannon) la tocara en velocidad y se plantara solo delante de Zoff. El resto se convirtió en el mejor momento de nuestra historia como futbolistas: marcarle un gol a Italia en un Mundial”. Sí, Sannon superó el flagrante agarrón de Spinosi y burló como bailando un calipso a Zoff tirándole al lado contrario hacia donde desplazó el balón antes de enviarlo a la red. Dino vio desde el suelo cómo se paraba su récord de imbatibilidad en 1.142 minutos.

Rostros desencajados de felicidad en unos y de pánico en otros y 0-1 en el Olympiastadion… durante seis minutos. Italia remontó ese partido (Rivera, Benetti y Anastasi marcaron) y nunca más en su historia ha vuelto a estar Haití por delante en un partido mundialista. Eso sí, Sannon también marcó otro golazo de volea con su diestra en el 4-1 que les metió Argentina (contra Polonia sufrieron un sangrante 7-0 en el que acusaron al maestro de Vudú de maldecir la portería equivocada).

Los haitianos fueron recibidos en su tierra como héroes. De nada importó que su defensa Jean Joseph diera positivo en un control antidopaje. Sannon, catalogado en el puesto 54 de los 100 héroes mundialistas escogidos por France Football antes del Mundial de Estados Unidos del 94, acabó de seleccionador del país y Ministro de Deportes. Cuentan que el locutor haitiano Herntz Phanord dijo: “puede que suene ingenuo, pero sigo sintiendo que Manno Sannon ganó aquel partido contra Italia”. Sannon dicen que sabía que él y sus compañeros de selección iban a hacer algo grande en el partido ante Italia. Y lo hicieron, aunque durara solo un ratito. Como todas las cosas buenas.

Fuentes:

https://elfutboldetodoslostiempos.blogspot.com/2018/02/henri-francillon.html

https://www.milenio.com/opinion/gilberto-prado-galan/sobre-heroes-hazanas/emmanuel-manno-sanon-vence-mitico-dino-zoff_2

http://haiti-crema-y-nata.blogspot.com/2008/02/muerte-de-emmanuel-manno-sanon-star.html

https://www.levante-emv.com/deportes/2010/01/18/haiti-feliz-futbol/670315.html

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