Sobre Williams Silvio Modesto Verísimo, conocido futbolísticamente como Bio, hay poco escrito en internet. La noticia de su fallecimiento en una web sobre jugadores brasileños en el Málaga recoge el testimonio de alguien llamado Juan Antonio Dopico que dice a modo de epitafio:
“Tuve el placer de conocer a Bio personalmente y entablar con él una gran amistad, era además de un gran futbolista como persona uno de los tíos mas simpáticos que me he cruzado en toda mi vida. Siempre con una gran sonrisa en la cara y lo más parecido que puede haber al carácter andaluz, el niño que supongo que ya tendrá casi 40 años porque en el 81 tendría 3 o 4, era precioso, como la mujer de Bio era rubia con los ojos azules, les salió un bebé mulato con el pelo rubio rizado que impactaba de guapo.
Descanse en paz, hoy me he enterado de su muerte buscando por las webs, y lamentar que haya acabado en la miseria, no se lo merecía.
Un abrazo donde estés negrazo enorme (así lo llamaba yo cariñosamente)”
Williams Silvio Modesto Verísimo nació en la calurosa ciudad de Araquara -estado de Sao Paulo- el 8 de marzo de 1953. Un día le dijo a su madre -peluquera y viuda- Carmen que si no llegaba a ser futbolista se mataría. Tal era su pasión por jugar al balón que se bajaba del autocar que le debía llevar a diario a la escuela para forjarse en descampados. Llegó a robar el timbre con el que avisaban de las ausencias. Después de muchas reticencias su madre claudicó y merced a su tío –que había sido jugador de la Ferroviaria de Araquara– y de su padrino -que llegó a entrenar en México- entró en los juveniles del club de su ciudad.
“Bio” era seguidor de Botafogo, pero un día en la playa de Copacabana llamó la atención de unos espías del Palmeiras le llevaron a entrenarse con figuras como Leivinha o Luis Pereira. No obstante, su ídolo fue Pelé, a quien entró con dureza en un partido con la Ferroviaria y se ganó su reprimenda. El “!Cuidado, chaval¡” que le dijo O Rei se clavó en su recuerdo.
Dio el salto a Europa al Standard de Lieja, pero solo duró cinco meses porque accedió una mujer a la presidencia que no quería contar con extranjeros. Tras ejercitarse con el Flamengo se marchó al Vitoria de Setúbal portugués, de donde salió huyendo al segundo año como muchos otros por la Revolución de los claveles.

Aunque había tenido ofertas de equipos austriacos, en la 75-76 Bio decidió viajar a España -por el clima y porque ya conocía el ambiente futbolero de haber participado en un Carranza– junto con su amigo Odair, que fichó por el Calvo Sotelo de Puertollano. Su destino iba a ser el Terrassa, recién ascendido de Tercera. En la ciudad egarense encuentra la estabilidad que necesitaba. Primero porque coincide con su compatriota Guaracy, segundo porque encuentra el amor de una catalana llamada Julia Lomas y tercero porque su madre se viene a vivir con ellos a Cataluña. Su hermana, además, visita España en esos tiempos en en el marco del espectáculo “Fiesta Brasileña” como bailarina profesional de samba. Fueron buenos tiempos personales que coincidieron no por casualidad con las mejores cifras anotadoras de Bio -8,9 y 14 dianas-. En la 76-77, por cierto, comparte delantera con el “pisto” cordobés Cruz Carrascosa. Su entrenador Josep Seguer decía de Bio que era muy bueno, pero “algo indisciplinado y de carácter inestable. A menudo llegaba tarde a los entrenamientos, así que le regalé un despertador”. Una de sus proezas sucedió tras el 1-2 cosechado en Cádiz. Ni él ni el ya mentado Guaracy aparecieron en el hotel de concentración a la mañana siguiente del partido y solo tuvieron noticias de ambos hasta el miércoles. El presidente del club egarense alegó que habían vuelto andando desde Cádiz. Se acordaría del Carranza…
Con su nacionalización como español, el Barcelona se fija en su gran momento tras un amistoso en Terrassa. Le apodan “la Perla” y le captan a mitad de la 77-78. A pesar de la durísima competencia en el equipo de Rinus Michels -Cruyff y Neeskens entre otros- en apenas cinco encuentros anota tres goles y uno de ellos vale un triunfo al Valencia. Debuta y como titular por una sanción a Cruyff en el 4-0 que el Madrid le mete en el Bernabéu. Sus compañeros le acogen bien e incluso le hacen una broma cuando visitan el Santuario de Montserrat: “No nos habías dicho que tenías parientes catalanes. No es extraño que la Patrona te proteja”. Ese Barcelona le gana la final de Copa a Las Palmas.
En la 78-79 la llegada de Müller al banquillo le resta las pocas opciones de ser titular que tenía con la competencia de Hansi Krankl. A pesar de todo, consigue anotar uno de los penaltis de la tanda con la que el Barça completaría una épica remontada en Recopa ante el Anderlecht (3-0). Bio ayudaría así a que los culés levantaran la primera Recopa de su historia.
A Bio le tratan como una mercancía en el verano del 79 y su ficha es usada para rebajar el precio del traspaso de Canito, propiedad del Espanyol. Ni Irulegui, ni Miera ni Maguregui entienden ni aprecian el juego del brasileño, que comienza a dejarse tentar demasiado frecuentemente por la noche. Aunque él decía que sería capaz incluso de volver a trabajar en la fábrica de papeles pintados en la que se empleaba para sobrevivir en Brasil, el dinero que ganó en Barcelona lo fue desperdiciando en sus sucesivos destinos. Málaga, Sabadell, Poli Almería… y un sinfín de equipos de regional catalana de fútbol y fútbol sala ven a Bio pelotear hasta su definitiva retirada en el Esplugenc en 1993. Tenía 40 años y mucha vida por vivir sin saber cómo vivirla.
Una tuberculosis mal tratada y su pobreza hicieron inútiles los esfuerzos de los veteranos del Barcelona desde la distancia para salvar su futuro. En 2003 le contó a Mundo Deportivo que dormía en un cuartucho encima de una pizzería en el que apenas contaba con un colchón y un hornillo. Se ganaba el poco pan que comía arreglando videoconsolas. Ya divorciado, explicaba entonces con esperanza que su hijo Jonathan jugaba en el Mallorca -en realidad jugaba en el Tortosa-. Murió en 2008. Treinta años antes, cuando era famoso y querido, le confesó al mismo diario que le gustaría que le recordaran como a una buena persona. El Camp Nou guardó en su memoria un respetuoso minuto de silencio.
“Yo soy el culpable, nadie más que yo”, decía con valentía impropia de quien tuvo todo y se quedó sin nada.
Fuentes:
Hemeroteca Mundo Deportivo
https://www.elperiodico.com/es/deportes/20080225/entre-la-indigencia-y-el-olvido-38728
https://www.vilaweb.cat/noticia/2754179/20080226/mort-bio-exjugador-futbol-club-collbato.html
http://enciclopediadefutbolistas.blogspot.com/2017/05/williams-silvio-modesto-verisimo-bio.html
https://www.mundodeportivo.com/20080225/adios-a-bio-un-brasileno-atipico_53439920109.html
https://www.terrassafc.com/exjugadors/51-club/exjugadors-del-terrassa-fc/296-bio