La huelga de la AFE del 84 y los amateurs que vivieron su gran día en la élite (y no regresaron)

Todos los que jugamos de manera amateur al fútbol hemos soñado alguna vez con ser alineados en un partido de Primera. Disponer de unos minutos en la élite suele otorgar el pasaporte para una carrera larga y exitosa como futbolista. Pero no siempre.

El 9 de septiembre de 1984 los futbolistas españoles sindicados en la AFE organizaron una huelga general que afectó a las tres principales categorías. Entre otros motivos reivindicaban una tributación especial. La respuesta fue masiva -según estimaciones posteriores apenas un 5% de los jugadores llamados a parar se vistieron de corto– y, según El País, la asistencia a los estadios apenas alcanzó de media un 10 % de aforo.

De esta decisión se beneficiaron los siempre expectantes juveniles y algunos jugadores del filial. Todos los equipos tuvieron que recurrir a sus canteras para la que iba a ser la segunda jornada del campeonato.

Así, por ejemplo, en el Camp Nou jugaron los juveniles del Zaragoza que militaban en el Monzón. Entre los elegidos para perder 4-0 ante el Barcelona Amateur estaban varios peloteros que no volvieron a jugar nunca más en Primera: Echevarría -luego meta mítico del Numancia-, Aldea, Beltrán, Pablo Rodríguez, Chechu, Celma, Corvinos, David Deza, Colen, Óscar Ramón, Marín y Antonio Mayor. Mayor apenas dispuso de 39 minutos en su vida en Primera que aprovechó para ver una roja en el Camp Nou. No se le conoce otro partido como semiprofesional. De azulgrana se estrenaron para no regresar a la élite Manuel Lobo (“a falta de Lobito Carrasco, jugó Lobo”, se leyó en Mundo Deportivo), Alejandro Bueno, Miguel Retuerto, Aranda, Padilla, Juan Carlos Carreras, Jordi Durán y Francisco Abellán (salvo el último, meta muchos años en Murcia, las carreras de la mayoría se diluyeron con el tiempo).

la huelga mundo deportivo
Titular de Mundo Deportivo en el que se anuncia la Huelga

Por cierto, Carlos Rojo -entrenador del juvenil del Zaragoza- había sido corresponsal del Heraldo de Aragón y COPE y no se arredró al calificar la jornada de “fraude”. El culé López López, autor de un gol, dijo que se lo contaría a sus nietos.

En el Calderón la gente disfrutó y se choteó de la situación, gritando “que no vuelvan” en alusión a los profesionales. De colchoneros se vistieron por primera y única vez en la máxima división Morgado, Martínez Alba, Fernando (no se le conoce el apellido y no jugó más ni en Segunda) y el meta Arévalo. Los rojiblancos ganaron 3-0 a un Osasuna en el que hasta diez jugadores se estrenaron para no volver (entre ellos Kepa, que vio una roja, y Viela, actual segundo entrenador del Santos Laguna mexicano).

En El Molinón Novoa pudo alinear a Pedro y Eloy porque estaban haciendo la mili en esos momentos, pero no pasaron del empate ante un Real Madrid de Amancio en el que jugaron entre otros Geni -el del gol del Burgos de penalti de tan singular narración-, Fernando Muñoz, Eusebio y Bugallo (su siguiente encuentro del que se tenga constancia es con el Arousa). Empataron a uno.

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Imagen del Sevilla-Athletic del 84 (ABC)

Esa jornada se vivió el derbi alicantino más raro de la historia. Apenas 6.000 espectadores que vivieron el arranque del choque en vilo porque unos vándalos habían arrancado las porterías del Rico Pérez. Once jugadores de los trece alineados por el técnico Antonio Ruiz en el Elche nunca más regresaron a Primera. Y encima perdieron 1-0 ante el eterno rival.

Rocambolesca fue la expedición malaguista a Donostia. Viajaron, apiñados en un autocar, los jugadores del primer equipo y los juveniles (por lo que pudiera pasar). A pesar de esas condiciones los de Benítez se impusieron en Atotxa con un gol de Francisco Pérez Ramos, un delantero de Torremolinos que no jugó más ni en Primera, ni en Segunda. En la Real debutó un centrocampista de Pasajes llamado Txintxurreta que tampoco se vistió de corto más de manera profesional -entre otros que tampoco regresaron-.

En el Sevilla-Athletic debutó Rafa Paz -éste sí aprovechó su oportunidad- y un delantero llamado Martín Pérez metió tres goles en su primer encuentro como sevillista. Se los metió a Javier Alonso, portero que luego recuerda Galder Reguera en su “Hijos del fútbol”. Martín no volvió a marcar en Primera y Javier Alonso ni a jugar con el Athletic.

La goleada de la jornada (5-1) llegó en el Luis Casanova en un choque con mucha polémica. Por un lado por la presencia del teórico esquirol García Pitarch, que alegó para jugar que no tenía ficha profesional (había rechazado una oferta de 15 millones por tres temporadas porque pedía 25). Pitarch se defendió diciendo: “no pertenezco a la AFE y además se ha equivocado en el planteamiento al hacerla contra los clubes y no contra los directivos, que son los culpables”. La afición che recriminó al futbolista que, al marcar el cuarto gol le dedicó un “impresionante” corte de mangas a su afición (no he encontrado el vídeo del partido para comprobar que resultó “impresionante” para el cronista de Mundo Deportivo). Sixto, Cuixart, Giner o Arroyo también fueron alineados en ese partido a base de triquiñuelas. El meta espanyolista Cuatrecasas, según las crónicas, salvó una goleada de escándalo (y le cayeron cinco. Nunca más jugó en Primera).

En el otro partido de la jornada el Valladolid -en el que jugó 25 minutos un tal Espinilla– derrotó 1-0 a un Racing en el que militaba circunstancialmente un joven apodado Kubala.

La siguiente jornada, la tercera, tuvo que ser aplazada mientras que la huelga y sus enfrentados posicionamientos acabaron en la Sala 13ª de la Magistratura de Trabajo de Madrid. Con eso y con un buen puñado de sueños frustrados y de recuerdos inolvidables dándose la mano. Que les quiten lo bailado.

 

Fuentes:

https://elpais.com/diario/1984/09/10/portada/463615202_850215.html

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