El Écija Balompié, de los Japón a Corea

Por la A-4 apenas hora y poco se necesita para llegar de Écija a Los Palacios. De Los Palacios eran Pepe Begines y sus compinches de “No me pises que llevo chanclas”, unos músicos cachondos que lo petaron en los noventa –ojo: el único grupo que tocó dos veces en la Expo ’92– con su agropop de haches aspiradas, ceceos y seseos. Una de sus canciones más recordadas fue “Japón”, en la que se recalcaba lo ignoto del país asiático –“Mia que está leho Hapón”-.

Sin embargo, la provincia de Sevilla le debe algo a Japón. Y el Écija Balompié, también. En Coria del Río no es extraño apellidarse Japón porque en 1614 una expedición comercial liderada por un samurái llamado Hasekura Tsunenaga decidió que se estaba muy a gusto cerca del Guadalquivir y  se estableció esperando la visita de Felipe III. Se sabe que el primer bebé apellidado Japón fue bautizado en la Parroquia de Santa María de la Estrella de Coria y que era hijo de uno de los japoneses miembros de la tripulación de Hasekura (no se complicaron demasiado la vida).

El caso es que dos japoneses contribuyeron al primer gran éxito del Écija Balompié en su modesta pero curiosa historia. El 25 de junio de 1995 Fernando Japón y Juan Manuel Quintero Japón, ambos corianos, tuvieron minutos –el primero como titular y el segundo como suplente- en el 1-1 ante el Levante que permitió al equipo entrenado por Manolo Wic ascender por primera y única vez a Segunda. Fue una gesta sorprendente porque sus rivales parecían más fuertes –Pontevedra, Numancia y Levante– y, sobre todo, porque al comenzar la quinta jornada de esa liguilla apenas habían sumado un gol y cuatro puntos. Es más, al descanso de esa penúltima cita perdían 2-0 ante el Levante en Orriols. El 2-4 final dejó helado a Juande Ramos, técnico granota, y al temible y entonces pipiolo Ballesteros.

Al margen de los dos japoneses aquel grupo contaba con la experiencia de su portero Barbero, de los centrales Aguilar y Villena y la clase de centrocampistas como Manolo Zúñiga (quien jugara la triste final de UEFA del Espanyol ante el Leverkusen), López Murga (marcó el gol del ascenso) o Casado. También formaban parte de esa plantilla dos calvos de magníficas prestaciones: Alberto Saavedra –“Rey de la Ciudad de las torres”, así fue investido en la triunfante crónica del ascenso de ABC- y la loncha mecánica Alfonso Espejo.

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Crónica del ascenso del Écija a Segunda en ABC Sevilla

Antes de ese día de verano del 95 el Écija apenas había conquistado en sus lustros de vida –fue fundado como Écija football club en 1939– un ascenso a Tercera en el 87 –con Antonio Muñoz como entrenador y taxista según apunte del gran Bernardo Ruiz– y otro a Segunda B –Chaparro era su técnico– en el 92 ante Talavera, Vélez y Don Benito.

Apenas fueron capaces de sobrevivir dos campañas en el fútbol profesional. La directiva incorporó como fichajes estrellas al último Rafael Gordillo (38 tacos tenía) y al hermano de Rambo Petkovic del Madrid. A Manolo Wic el crédito le duró dieciocho semanas, hasta que el hermano de Alkorta le metiera dos goles y Bolo otro en un triunfo 1-3 del Bilbao Athletic. El Écija era penúltimo a esas alturas, pero sobrevivió merced a un extraordinario sprint final con José Enrique Díaz al frente y con un fichaje de invierno llegado cedido por el Sevilla llamado Salva Ballesta y que se puso a marcar goles (tres dobletes consecutivos que le dieron nueve puntos vitales a los astigitanos).

En su segunda temporada de Segunda, el Écija perdió el carisma de Gordillo pero ganó el de Wilfred Agbonavabre. También se sumaron a la causa tres ex del Albacete –Kasumov, Chesa y Corbalán-, otro puñado de ignotos balcánicos y hasta Mágico Díaz. Pero nada, les faltaron japoneses. Ni Díaz ni luego Campillo fueron capaces de impedir el descenso de un equipo que fue colista desde la segunda jornada hasta la última.

Fue el final a la fiebre por el fútbol en el pequeño San Pablo hasta que en 2005 Miguel Rivera –ganando 2-4 en El Arcángel en la última jornada con un Arteaga estelar- les clasificó para disputar la Copa del Rey. Y en la Copa, la liaron. Porque, tras cargarse a Real Unión, Villanovense y Eibar el bombo les regaló unos dieciseisavos ante el Real Madrid de Fabio Capello.

Nolito Marca gol
Portada de MARCA del Golito de Nolito

La ida tuvo lugar el 25 de octubre de 2006 y en un estadio que suelen caber cinco personas lograron meter tirando de asientos prefabricados 9.500. 250.000 euros de inversión, compensados por unos precios inflados (35 euros la más barata y 80 la más cara). Una tromba de agua dejó el campo en perfectas condiciones para el juego de los locales y regular para los Beckham, Ronaldo, Cassano, Reyes, Robinho… Con todo, un gol del Talentino parecía llevar la lógica al San Pablo… hasta que a nueve del final una combinación entre Torres y Requena terminó con un centro de éste delante de Raúl Bravo que Nolito envió a la red de Diego López casi cayéndose. El Écija estuvo a punto de ganar el partido al final tras un centro de José Vega que casi remacha primero Pepe Díaz y luego Requena. Pero el protagonista del partido fue Nolito, quien entonces no era nada más que un jugador de Segunda B algo achaparrado, con look andylucasiano y con nombre fácil para titular en portada –como hizo Marca para la posterioridad- “Golito de Nolito”.

La vuelta en el Bernabéu –lleno, ojo– fue otra historia, pero los protagonistas nunca olvidarán al delantero jerezano Luna cantando bulerías en el autocar o al fisio –»más madridista que Bernabéu», según el crack Pepe Díaz- echándole réflex en los ojos a uno de los suyos al quedarse despistado mirando a Beckham. En Madrid perdieron 5-1 ante los 3.000 astigitanos que cupieron en los treinta autocares que se fletaron.

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La crónica del Écija-Real Madrid en Mundo Deportivo

Después de eso, a los aficionados del Écija Balompié les queda en sus retinas el amargo campeonato liguero en el Grupo IV en la 2007-08 (amargo porque el que subió en San Pablo fue el Huesca) y un último ascenso a la tercera categoría del fútbol español el pasado junio en Xátiva por penaltis.

Ayer volví a leer del Écija en twitter sin buscar su nombre, porque despidieron a su entrenador el cordobés Juan Carlos Gómez (estuvo diez jornadas seguidas sin ganar). De paso, me enteré que su actual propietario es un empresario coreano y, claro, me pareció que la noticia llevaba una errata al confundir la “e” con la “i”. Pero no, con su nombre –Yung Gon Park- todo quedó zanjado.

Al samurái Tsunenaga lo recibió en 1614 el alcalde de Sevilla y a Yung Gon Park lo recibió en 2017 el alcalde de la Ciudad del Sol David García Ostos. La historia del Écija se escribe empezando por  los Japón y terminando en Corea. Mira que tal vez no está tan lejos al final de Sevilla como cantaban los Chanclas…

Fuentes

http://www.lavanguardia.com/local/sevilla/20161022/411186334327/coria-del-rio-pueblo-japones-andaluz.html

http://www.estadiodeportivo.com/futbol-sevillano/2016/10/22/yung-gon-park-ecija/86343.html

http://elcorreoweb.es/el-decano-deportivo/el-otro-futbol/una-nueva-foto-en-el-archivo-AF3106839

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