El 18 de diciembre de 1990 el mítico portero inglés Peter Shilton fue el protagonista de un partido entre una selección de estrellas internacionales que acababan de participar en el Mundial de Italia –bueno, también estaban Platini a pesar de que Francia no se había clasificado, Nayim que no fue nunca internacional con España y el islandés Bergsson (a saber)– y la escuadra inglesa, de la que el arquero había sido internacional en 123 oportunidades, un registro todavía no superado. Jugó unos minutos para los pross ese día Kevin Keegan con 39 tacos para que el homenaje fuera completo.
Pero quien no participó en ese encuentro fue Diego Armando Maradona. La gran estrella del momento no fue invitada a White Hart Lane y el Pelusa, aún con la inercia del reciente subcampeonato Mundial contestó al desplante: “¿no me invitó? ¿Y quién quiere ir a la despedida de un arquero?”.

Resulta sensato pensar que si el entorno de Shilton no invitó a Maradona fue por el inolvidable gol con la mano del 22 de junio del 86 en el Azteca. Es curioso que a Shilton, un dignísimo sucesor al legendario Banks, se le recuerde en Inglaterra casi más por vivir de cerca esa trampa y por el fallo que costó el gol del polaco Domarski y en consecuencia la clasificación para el Mundial’74.
Pero todavía sorprende más que de aquella acción de pillo se llegara a crear un videojuego en el Reino Unido. Sí, en 1986 la compañía Grandslam Entretainments lanzó Peter Shilton´s Handball Maradona para Amstrad CPC, Commodore 64 y Spectrum.
El juego de 8 bits permitía controlar únicamente a Shilton para que defendiera la portería de uno de los 16 equipos que ofertaban –entre ellos Oxford y Luton, pero no Arsenal, supongo que por temas de derechos-.
El jueguecillo –años 86, seamos piadosos- es de lo más simple y con unos gráficos primitivos, pero bueno… ahí queda. Un tributo a una trampa, un homenaje a una fullería. La de cosas que nos va a quitar el VAR, supongo.