La Furia Española que irritó al moribundo Franco

Hoy como en 1570 y como en 1975. A ver. La propaganda nació en los Países Bajos en el siglo XVI cuando las tropas del traidor –porque traidor fue aunque allí se le conozca como libertador- Orange se valieron de la imprenta y del apoyo de los ingleses y franceses para desprestigiar al Imperio de los Austrias. En una teórica Liga de barbaridades los tercios de Flandes que comandaría el Duque de Alba –que aunque allí todavía asocien al coco no fue ni tan cruel ni tan taimado- empatarían con los Mendigos del Mar calvinistas que apoyaban a los rebeldes que se querían sacudir el control de Felipe II a través de lo que se convirtió en una guerra civil.

Sin embargo, a partir de ese conflicto se identificó a España internacionalmente con tierra de barbarie y a los españoles como ignorantes furiosos. El término “Furia Española”, de hecho, se gestó tras el saqueo de Amberes de 1576. Un acto protagonizado por unos tercios en los que, normalmente y por su condición de tropas imperiales, no había más de un diez o quince por ciento de españoles, por cierto.

furiaespañola

Futbolísticamente también fueron los neerlandeses los que bautizaron peyorativamente a la selección española como “Furia”. Sucedió durante los Juegos Olímpicos de Amberes. El diario francés L’Auto tituló con un “Dinamarca derrotada por la furia española” el estreno del equipo de Zamora (0-1, por cierto), pero fue el diario holandés De Telegraaf quien equiparó el juego duro de los españoles con el salvajismo de los tercios en el siglo XVI. Curiosamente, aún en ese 1920 los católicos sufrían una discriminación en Holanda que les obligaba incluso a montar equipos de fútbol distintos al margen de los protestantes –verzuiling se llamó a ese complejo proceso social-.

España siguió siendo sinónimo de Furia para los aficionados al fútbol hasta prácticamente la llegada de Luis Aragonés al banquillo. Era un término que no disgustaba a los aficionados y que al régimen que tiranizó desde el Estado durante 36 años le venía estupendamente para destacar la estirpe imperial, el rancio abolengo de la raza y demás milongas.

Pero hubo una vez que el término Furia Española irritó a Franco. Sucedió el 11 de julio de 1975 cuando fue estrenada la película “Furia Española” dirigida por Francesc Betriu. Un largometraje que abordaba en palabras del director una trama “típica de aquí: los inmigrantes más o menos integrados y el papel que desempeña el Barça como representante máximo de integración en Cataluña”. La historia en realidad narra las peripecias de una andaluz (Cassen) cuyos grandes pasiones son el club culé y las prostitutas.

El caso es que la película –que podría haber sido una más de la época del destape- generó tanta polémica que fue confiscada y prohibida, aunque cuando el festival de Cannes pidió el rollo para su exhibición el Ministerio de Información y Turismo de León Herrera negó la existencia de la película. Tan surrealista medida provocó la reacción de los críticos de cine españoles, que firmaron una petición exigiendo la liberación de la cinta.

Al final la película –convenientemente retocada por la censura- fue proyectada por primera vez en el cine Olympia de Valencia en julio de ese 1975 con gran escándalo en la ultraderecha y amenaza de bomba incluida.

No sé si este popurrí histórico-pelotero tiene alguna moraleja o enseñanza, pero sí que tengo claro que cuanta menos Furia y más fútbol tenga la selección mejor nos lo pasaremos.

Fuentes:

Goles y Banderas. Fútbol e identidades nacionales en España, de Alejandro Quiroga Fernñandez de Soto (Marcial Pons Historia).

Imperiofobia y Leyenda Negra, de María Elvira Roca Barea (Siruela).

2 comentarios sobre “La Furia Española que irritó al moribundo Franco

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