La muerte de «Mumo» Tupper, el futbolista que quería ser algo más en la vida

Quería algo más de la vida. “No solo quería ser futbolista, quería ir a la Universidad”, contó su padre. Raimundo, “Mumo”, Tupper era un lector de Borges y Rimbaud y un oyente de Serrat y Peter Gabriel que jugaba muy bien al fútbol. Su compañero Andrés Olivares recordaba que “si viajábamos le gustaba meterse en museos, eso no se daba mucho en el fútbol”. No se estilaba. No se estila.

En 1995 Tupper era un chileno de 26 años que lo tenía todo en la vida. Su familia, de clase media-alta de Santiago, amaba a la Universidad Católica, equipo para el que estaba destinado a sudar desde que su abuelo –uno de sus primeros dirigentes- le llevara a su cancha apenas aprendió a andar. Con diez años nada más empezó a jugar como Cruzado y a hacerlo muy bien. Su hermano mayor –él era el menor de los cinco vástagos- le definía como “introvertido, callado y fanático del fútbol”, pero siempre alegre y dispuesto a reír. Por fuera.

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Tras debutar con el primer equipo de La Católica ante Cobresal con sólo 16 años, jugó 296 partidos y marcó 37 goles. Siempre con los mismos colores. Siempre defendiendo el mismo escudo cruzado. En 1993 fue uno de los mejores jugadores de la Libertadores en la que su club fue finalista ante el poderoso Sao Paulo de Raí.  También ayudó a su país a ser cuarto en el Mundial sub-20 del 87 y en el 94 pudo incluso regalarle una asistencia a Iván Zamorano en uno de sus tres primeros partidos como internacional absoluto.

Esos datos llenarían de ilusión y esperanza el futuro de cualquier jugador de fútbol con 26 años. No a “Mumo” Tupper.

“Estaba mal, pero me dijo que no quería renunciar a hacer aquel viaje”. Su padre Andrés reconoció años después que sabía de su enfermedad. Un mal que, según su compañero Sergio Vázquez consistía en que “necesitaba expulsar con palabras todo lo que tenía dentro y no lo podía hacer”.

En el verano de ese 1995, hace ahora veintidós años, la Universidad Católica se encontraba haciendo una gira por Centroamérica que empezaría ante el Saprissa costarricense. Una de esas que disgustan a los profesionales del balón porque les obligan a estar lejos de su familia y sometidos a un régimen de concentración durante días que parecen semanas. El técnico de aquel equipo era Manuel Pellegrini, que habló con Sergio Vázquez –veterano y ex internacional con Argentina- ya en el avión: “me dijo que iba a poner a Raimundo –Tupper- en mi habitación porque yo era extrovertido y jovial y le vendría bien”.

Y en esa 621 del Hotel Colón de San José de Costa Rica “Mumo” Tupper se desahoga durante toda una noche con Vázquez. Siete horas de “una charla muy interesante. Él caminaba y yo permanecí acostado”, como una visita al psicólogo clásica, pero al revés. Vázquez confesó que “nunca había hablado con alguien con esos problemas. Me dijo que iba a tomar una determinación muy grande que era bastante importante para su vida. Yo pensé que iba a abandonar el fútbol”. Pero no era el fútbol lo que deseaba abandonar Mumo.

A la mañana siguiente Vázquez no encuentra a su compañero de habitación. Tupper había salido hacia el ascensor, donde se cruzó con otro jugador del equipo – Marcelo Barticiotto- a quien le comenta que quería subir para buscar sus pasaportes. Barticiotto no le da más importancia hasta que se cruza con Vázquez, quien le dice que sus papeles están en la habitación. Demasiado tarde.

Tupper ya estaba decidido a dar su último salto desde 80 metros de altura. Dejó en el suelo su cartera, su carnet de donante de órgano, tomó impulso y saltó.

Contra los deseos de su familia el funeral en Santiago fue multitudinario. Todos recuerdan la cruz gigante instalada en el campo. Eso y que al día siguiente al entierro comenzó un temporal de nieve. Aún es recordado con frecuencia en los partidos de La Católica – Mumo, Mumo querido. Los cruzados nunca te olvidarán, le cantan-.

Lo paradójico es que Tupper siempre será recordado en su país por haber despuntado jugando a la pelota para el club de una Universidad. Cuando Mumo, lo que realmente dicen que quería, era escribir un libro. Tenía miedo a toparse con una hoja en blanco.

Fuentes:

http://www.t13.cl/noticia/deportes13/futbol-nacional/digan-verdad-web/a-22-anos-de-la-partida-de-raimundo-tupper-la-muerte-que-enluto-el-futbol-chileno

https://www.youtube.com/watch?v=hBpxc4jZZu0

http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2009/07/14/el-ultimo-vuelo-de-raimundo-tupper/

 

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