Muerta ya la temporada –muerta, que no terminada, porque las campañas como estas no acaban, sino que se mueren-, es hora de recapacitar. Mejor, de que recapaciten. Si, como parece y a pesar del sentir de su irritada plebe, los González siguen cortando el bacalao en El Arcángel, sería preciso que tomaran buena nota de estos meses didácticos y que han podido terminar en catástrofe (al menos para los aficionados). Más que nada, para que no nos pase como al Señor Blank de Auster quien, encerrado en su habitación blanca, no sea capaz de mirar las fotos para no evocar. Que vivir sufriendo solo puede ser peor que vivir sin atreverse a evocar.
No me extiendo que ya es tarde –es junio, de hecho-. He aquí los diez puntos en los que el Córdoba C.F. debería mejorar para la 17-18 (enumerados y explicados por uno que no ha sido ni jugador, ni entrenador, ni directivo ni representante… toma osadía).
1.-Inversión en la plantilla (mayor… o algo): Perogrullo. Si eres el equipo que más beneficios obtienes de Segunda (no lo digo yo, sino la Guía Económica de la Liga, avalada por el Centro de Estudios Garrigues) y terminas salvándote en la penúltima jornada es que algo va mal. O que va muy bien, según se quiera mirar. Si el Córdoba quiere aspirar a subir –simplemente aspirar, subir depende de muchos factores– sus rectores deben rascarse el bolsillo para traer mejores jugadores. Por mucho que una inversión no siempre garantice el éxito, al menos garantiza que se busca. Ah, y que sea el Director Deportivo quien fiche, que para eso cobra por ello.
2.-Transparencia institucional: Es decir, no alejar a los minoritarios de las juntas y dar explicaciones de los movimientos a todos los niveles. Que la prensa no tenga que andar –siempre- elucubrando y escudriñando para obtener verdades, mentiras o medias verdades. Por mucho que sea su obligación.
3.-Libertad e igualdad para sus aficionados: Faltaría la fraternidad, pero eso en una ciudad tan repugnantemente cainita como Córdoba es impensable. No más vetos, sabotajes, coacciones… pero que igualmente se corten los tratos de favor a los pelotas y a los correveidiles. Solo con un ambiente social sano se puede aspirar a un espíritu del tiempo colectivo –el Zeitgeist que dirían los alemanes- más o menos limpio en El Arcángel.
4.-Un estadio en condiciones: Que se meta presión a quien corresponda: políticos, empresarios, el sursuncorda… El Arcángel no debería permanecer un año más en semejante estado de abandono. Ni se debería tolerar que subsista el mato grosso en Tribuna, ni que haya unos servicios que parecen los de un After de Aluche, ni que –sobre todo- la fachada principal del campo siga en pelotas para escarnio de todo cordobés que pase por la cercana autovía. Como aquí nadie quiere lo suyo no pasa nada, pero es vergonzoso.
5.-La prensa, con perdón: A ver, que si puede ser nos concedan alguna entrevista de vez en cuando con los jugadores o el entrenador. Porque es un poco coñazo tener que estar tirando del trabajo de nuestros compañeros de CCFTV –por otra parte, muy bueno- para escuchar lo que dicen los nuestros entre semana. De paso, que no se vuelva a repetir ningún veto ni menosprecio a ningún medio. Por mucho que, como todo profesional, los medios también nos equivoquemos.
6.-Gentileza con los trabajadores del propio club: Que se genere dentro de las oficinas de El Arcángel un ambiente bueno de trabajo, que no haya tiranteces, ni exigencias desmedidas, ni menosprecios… Que todo lo que pueda servir de ejemplo, llegue desde el trato con aquellos que se dejan la piel, calladamente y desde un discreto segundo plano, por el Córdoba C.F. (y por su S.A.D.)
7.-El fútbol base y esas cosillas de pequeños: Que no cobren diez euros extra –vamos, ni cinco- a quienes deseen ir a un partido con su recién nacido. Que se les permita a los padres acceder gratuitamente a los partidos de sus hijos. Que se eduque en valores de club –más allá del gran trabajo de los técnicos de la cantera- a los que algún día vestirán la blanquiverde. (Y ya puestos que se fomente la presencia de jugadores locales en el B y el juvenil).
8.-Que se le dé más brillo a la labor de la Fundación: Que sigue haciendo un gran trabajo callado y discreto aquí y allí. Que sigue promoviendo lo bueno que tiene el fútbol y regalando sonrisas a algunos desfavorecidos por la suerte. Y que hagan las paces con el colectivo de Veteranos de la entidad. El respeto al pasado es imprescindible.
9.-Que no se mienta al cordobesismo: Nada de promesas vanas, nada de “no vamos a regalar entradas”, nada de petulancias ni de arrogancias. Gestión por encima de egos. Gestión, gestión y más gestión. Y discreción, coño.
y 10.- Que se disculpen: Que quien o quienes hayan sido culpables de esta campaña tan triste, larga y desangelada –por no usar otros calificativos- salgan a la palestra cuanto antes asumiendo su o sus errores. Si no, sin ese espíritu de enmienda, me temo, los otros nueve puntos serían meros deseos abortados antes de imaginados.
Feliz verano. Felices ilusiones.