Una derrota justa (1-0)

Necesito que alguien me argumente –de verdad, no con topicazos- que la derrota del Córdoba en Sevilla fue injusta. Yo no lo creo. El Córdoba no salió con la cabeza gacha por un penalti no señalado, por un gol en fuera de juego o por una roja inopinada. Ni siquiera por mala suerte. Si el equipo de Carrión ni siquiera empató ante el filial hispalense fue –una vez más- por su escasísimo tino en las dos áreas. Porque encajó en una acción absurda y porque luego, ya a contracorriente, generó las mismas oportunidades que desaprovechó.

Rodrisevillaat

Esta vez fue Kieszek el villano, porque encajó un tanto no ya evitable sino ridículo. Puede que el balón le hiciera un extraño, pero en cualquier caso incumple una máxima de los porteros: si no estás seguro no trates de blocar y despeja lo más lejos posible. El polaco trató de detener la pelota en dos tiempos y una de sus piernas introdujo el balón lenta y cruelmente en su meta. Si la acción la comete Razak, habría sido crucificado seguramente. A Kieszek aún le queda aval (sigo pensando que es un buen portero).

La capacidad de reacción del Córdoba –era el minuto 16- fue nula hasta la segunda mitad si exceptuamos un remate a la media vuelta de Rodri. A partir de los cambios y de la mayor voluntad colectiva el Córdoba, al menos, se hizo con la pelota y la gestionó con acierto y más profundidad. Pero ni Pedro Ríos, ni Alfaro, ni Bíttolo, ni Piovaccari, ni –sobre todo- Rodri fueron capaces de superar a un inspirado Caro.

No, no fue una derrota injusta. El Sevilla Atlético ganó en buena lid y lo celebró como una fiesta porque con los seis puntos conseguidos en los últimos dos partidos casi se aseguran la permanencia. Los cordobesistas presentes en el Pizjuán miran el calendario y tiemblan viendo como la tranquilidad es una quimera para un equipo que peca cada fin de semana de ingenuo y que falla y fracasa más de lo que –aunque sea a ultimísima hora- triunfa.

La semana que viene –y con un punto de mínimo colchón sobre el descenso- otra final. Esperemos que no otro drama.

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