Lo que ya me enseñó el Córdoba (3-1)

A mí el Córdoba ya me enseñó a perder hace tiempo. Me ayudó a comprender que no es malo ser segundo, ni tercero… ni vigésimo. Me sirvió para concebir el fútbol como algo más complejo que un juego y algo más sencillo que un negocio. Me permitió conocer a gente muy buena y muy mala. A tipos que harían todo por unos colores y a otros que antepondrían cualquier interés personal a un éxito colectivo.

A mí el Córdoba me ha enseñado a querer ir a un estadio a pesar de ser consciente de que en él seré infeliz. A vivir acostado con un sueño y despertado por una pesadilla. A esconderme de la realidad para disfrutar aunque sea por un rato del equipo que elegí sin poderlo escoger.

A mí el Córdoba me ha curtido por miles de desengaños y me ha permitido identificarme con una ciudad engañosa y llena de falsos (tantos como segundos tiene el año).

A mí el Córdoba me ha hecho reconocerme en una masa y sumirme gustoso en ella para diferenciarme en lo que crea conveniente. Me ha permitido vivir de una manera más triste pero más realista, la vida del que apoya a un equipo mediocre. Al peor de los equipos de los que más se pueden esperar.

A mí el Córdoba me ha enseñado a bajar más que a subir. A llorar más que a reír…

Pero también me ha servido para aprender a resistir. Me ha permitido hacerme fuerte ante determinadas adversidades y creer en que, si el Córdoba pudo, yo también podría.

Ojalá yo ahora pudiera hacerles saber que si yo pude, ellos también podrán. Ojalá.

juli

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s