Duro de ver, difícil de resolver (0-2)

Que el Córdoba no ganara a un paupérrimo rival como el Mallorca evidencia que está mal. No, que está muy mal. Que está fatal. Obviando los siete partidos ya sin ganar –lo que ya es mucho obviar– el equipo muestra semana tras semana los mismos errores que le conducen inexorablemente a la melancolía.

El dominio estéril del que habló Oltra en la segunda mitad ante el Almería se reprodujo durante una primera parte desesperante. El Córdoba tenía toda la posesión del mundo, pero la administraba francamente mal. La presencia del Alfaro en el centro junto a Luso, en principio una idea atractiva, no contribuyó en exceso a mejorar la circulación del balón y, cuando éste llegaba a cualquiera de las dos bandas, era pésimamente centrado por Bergdich o Donoso. Así, todo quedaba a expensas de un arranque de genialidad de un Rodri que ha bajado su rendimiento en las últimas semanas y de un Juli que tampoco está teniendo demasiada presencia ofensiva de blanquiverde. De hecho, la única ocasión realmente clara de un periodo en el que el Córdoba monopolizó el balón fue debido a un error del portero Santamaría, que casi fue aprovechado por Rodri (el gol lo salvó, para más inri, un cordobés: Raíllo).

 

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Marcador final en El Arcángel (Foto: Edu Luque/minuto90.com)

 

Ni que los blanquiverdes dominaran sin casi rematar durante todo un periodo estimuló a un Mallorca lamentable, que apenas vino a parapetarse a El Arcángel y a esperar sacar renta de la nulidad atacante rival. A pesar de todos los pesares, los baleares se adelantaron en el marcador tras un par de rebotes y un fuera de juego mal tirado por Domingo Cisma. Un error, un gol. Minuto 62 y el campo se les cayó encima.

Porque a partir de ese momento, con más protagonismo y responsabilidad, el Córdoba terminó de retratar sus carencias. Sin delanteros a quien encomendarse, Oltra metió lo más parecido a jugadores ofensivos que tenía en el banquillo: Pedro Ríos (lejos de su mejor momento), Caballero (más de lo mismo) y Borja Domínguez (un mediocentro fue el tercer relevo, por Cisma). Por supuesto, no sólo el equipo no mejoró sus prestaciones ofensivas sino que incluso pudo haber encajado en un contragolpe un tercer gol que, a fuer de anecdótico, hubiera terminado de encender la ira de un graderío que señaló como única responsable a la propiedad (tiene culpa, por supuesto, pero ni mucho menos toda).

El problema se resume con cruda sencillez: el equipo es corto de efectivos y de calidad. Lo da todo y todo es poco para ganar. Nada más se les puede exigir a unos futbolistas que abandonan el campo agotados y apesadumbrados. Más allá de sus fallos puntuales –graves, desde luego- el principal hándicap de este grupo es que es mucho peor que el del año pasado en ataque y que en defensa ha perdido a su principal valladar. Eso y que, además, el técnico aún no ha sido capaz de encontrar la tecla para que su equipo –por mucho que toque el esquema o los nombres- practique un fútbol distinto al de buscar la única referencia arriba sin saber muy bien cómo.

Para todo lo demás… saquen ustedes sus conclusiones.

JUGARON

POR EL CÓRDOBA C.F. Kieszek; Antoñito, Caro, Bijimine, Cisma (Caballero, 78’); Luso (Borja Domínguez, 82’), Alfaro; Guille Donoso (Pedro Ríos, 72’), Juli, Bergdich; Rodri.

POR EL R.C.D. MALLORCA Santamaría, Company, Yuste, Raillo, Oriol, Juan Rodríguez (Ansotegi, 76’), Juan Domínguez, Culio, Moutinho (Lekic, 63’), Lago Junior (Pol Roigé, 20’) y Brandon

GOLES: 0-1, Moutinho (62’); 0-2, Brandon (78′)

ÁRBITRO: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amarillas a los locales Guille Donoso (37’), Antoñito (52’) y Borja Domínguez (88’).

ESTADIO: El Arcángel, unos 11.000 espectadores.

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