Cuando en 2012 la afición despidió al equipo que luego salió derrotado de Zorrilla recuerdo, entre la multitud congregada, a un hombre muy serio que portaba una pancarta. No cantaba ni coreaba consignas como el resto, pero mantenía firme por encima de su cabeza –y de las demás- el eslogan que había rotulado: “Confianza absoluta”.
Pocas cosas impactan más que los buenos titulares si son cortos. Es justo lo que ahora mismo tiene la afición en este bloque. Una confianza plena y total de que pueden hacerlo. De que pueden conservar esa renta mínima en Girona.
Los motivos para creer parten de la entereza con la que el Córdoba se defendió el otro día y se complementan con el estado de forma de Xisco Jiménez, un matador que se reivindica en su papel de capitán. No hace falta bordarlo en Girona, apenas completar un encuentro tan eficaz como la mayoría de los que ha hecho el conjunto de Oltra a domicilio. Apenas seis resultados de los cosechados esta temporada como visitante nos dejarían fuera.
Pero hay contrariedades. Primero, naturalmente, el empuje del rival. El Girona demostró en la segunda parte en El Arcángel que con espacios puede ser muy peligroso, aunque justo eso es lo que hoy no tendría por qué tener. Tapar a Clerc por la izquierda es vital, aunque no más que evitar que Pere Pons, Granell y Borja campen a sus anchas por el centro del campo.
Otro elemento que nos puede hacer temer es la maldita fiebre. La que ya dejó fuera a Pedro Ríos –aunque su sustituto, Nando, estuvo sobresaliente el jueves- y la que amenaza a un Deivid que quiere jugar a toda costa a pesar de no encontrarse en plenitud.
El ambiente en Montilivi será caliente, pero no tanto. En la ciudad, salvo en algunos pequeños rincones, no se respira ambiente de play-off ni de gloria y los periódicos locales buscan recuerdos de otras gestas similares de su equipo en Segunda B y Tercera (especialmente una vez que le metieron 4 a la Mutilvera).
Confianza absoluta. Saben, pueden y quieren. Si los astros se alinean, puede que en tres días estemos metidos en una final ante Osasuna por subir a Primera. Si no, cabeza alta y aplausos para unos profesionales que están demostrando serlo hasta el final.