Imaginad que simpatizáis con un equipo que cae consecutivamente once veces en doce promociones de ascenso. Añadidle a esto que en vuestra misma ciudad, por esas mismas fechas, el eterno rival gana una Copa del Rey, una Supercopa, se clasifica para una previa de Champions y alcanza una final de la Recopa. El mérito del Atlétic Balears no es ganar, sino sobrevivir y el mérito de su afición no es sacar pecho, sino reivindicar su pertenencia a un colectivo con muchos años de recorrido.
El segundo equipo de Palma –primero para quienes lo sienten- nació ya rebelde. El Atlètic es el heredero del Balears F.C., que era en los años veinte el equipo de la gente más humilde –con lo arriesgado que suele ser decir eso- frente al más aristocrático club Real Sociedad Alfonso XIII (el actual Real Club Deportivo Mallorca).
Al comienzo de la Guerra, el Balears se encontraba en Barcelona y estuvo a punto de participar en la Olimpiada Popular Republicana, hecho que, unido a la simpatía por la legalidad vigente de sus rectores, le pasó factura tras ganar la guerra el otro bando. El caso es que en 1940 el Balears FC goza de menor salud deportiva que otro equipo pujante en la ciudad que se llamaba Athletic, pero a éste último el Ayuntamiento de Palma le iba a expropiar el campo de Sa Punta donde jugaban. Ante esta tesitura los directivos del Athletic buscan fusionarse con el poderoso Mallorca (aún no RCD), pero un giro de las negociaciones y unas exigencias finales (sobre todo en la nomenclatura) hicieron que con quien se unieran fuera con el Balears. Así nació el Atlético Baleares (hoy Atlètic Balears). Era el 27 de mayo de 1942.
En 64 años de vida, apenas ha vivido cuatro temporadas de Segunda (51-52, 52-53, 61-62 y 62-63) y los balearicos (así se les llama a sus seguidores) añoran esos derbis con el Mallorca que ahora únicamente pueden vivir con su filial. De hecho, el último encuentro oficial entre ambos equipos fue una eliminatoria de Copa del Rey (año 86-87), en la que a pesar de la diferencia de categoría consiguieron forzar una prórroga en un día muy lluvioso en el Estadio Balear (2-4). En Liga, la última vez que coincidieron fue en la penúltima jornada de la temporada 79-80. Al Mallorca le bastaba empatar para subir a Segunda B y lo hizo ante el Baleares.
Actualmente, el conjunto blanquiazul se ha estabilizado en Segunda B y la próxima será su séptima temporada seguida (llegó a ganar el torneo en la 11-12, pero luego no pudo subir en los play-off). Cuenta con un mecenas alemán llamado Ingo Volckmann que se ha traído de entrenador a quien fuera lateral zurdo de la Mannschaft Christian Ziege y a un puñado de jugadores compatriotas: Pliquett (ex Sankt Pauli), Wiemann, Leugers y un ya veterano zaguero llamado Malik Fathi que llegara a ser internacional cuando militaba en el Hertha Berlín.
En este equipo de sufridores se curtió metiendo 12 dianas en la 13-14 el vampiro del gol, nuestro (aún) delantero Florin Andone. Un rebelde nacido en una entidad que se rebela con criterio ante la lógica de los números. Ser del Mallorca en Palma puede ser más sencillo, pero eso no le vale a un balearico.
Las tardes del Glorioso, volverán a repetirse.
Força Atlètic !!!!
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