Como en las series buenas o las pelis malas, el Córdoba se ganó el derecho al “to be continued”. Lo hizo, de paso, asesinando las esperanzas de un Elche que repitió en El Arcángel lo que mejor ha hecho durante la temporada. Y no fue bastante, porque su rival –los nuestros- fue mucho mejor en los conceptos que diferencian a los equipos en una categoría tan equilibrada como la Segunda: orden, intensidad y fe.
Oltra le dio de inicio la oportunidad a Luso de demostrar que puede ser más útil que Eddy y el maño lo aprovechó. La otra sorpresa del once fue que Pedro Ríos no saltara de inicio, aunque el técnico demostró tener criterio dándole entrada de inicio a Nando para que el jerezano apareciera, sin estar todavía al cien por cien, en el momento más complicado.
Pero no nos precipitemos, sería injusto obviar el gran primer tiempo que regaló el Córdoba. Uno en el que el fútbol de ataque brotaba por un costado y por el otro, por el centro y hasta a través acciones de mérito de estrategia. La primera oportunidad, un disparo de Caballero en una acción ensayada fue la primera ocasión. La segunda, de Fidel, recordó a la que perdonara seis días antes en Palamós. Luego fue Luso quien remató inocentemente un centro desde la izquierda. El Córdoba estaba opositando a un premio al que de ningún modo podía acercarse un timorato y flojísimo Elche.
Por fin, en el 27’ Florin Andone recogió un balón dentro del área, se revolvió y lanzó un derechazo imparable para Javi Jiménez. El rumano celebró con rabia su decimonoveno gol y estuvo cerca de celebrar otro más poco después tras plantarse en un mano a mano contra Armando. Nando también pudo haber marcado justo antes de que terminara la, probablemente, mejor primera mitad del conjunto blanquiverde en toda la temporada.
Pero tras el descanso los jugadores parecieron aturdidos por el bullicio ferial y comenzaron a regalar oportunidades a su rival. En la primera que los franjiverdes tuvieron a balón parado, no perdonaron. Armando aprovechó el fallo de marcaje (uno más) y la lentitud de Razak para marcar de cabeza. La zozobra pudo haber sido mayor si el árbitro hubiera apreciado el gol legal de Lolo, que lanzó un impecable libre directo que se estrelló contra el larguero y sobrepasó la línea de gol cordobesista.
La vida extra –merecida por lo expuesto hasta ese momento– espoleó al conjunto de Oltra, que decidió dar entrada a un Pedro Ríos que apenas tardó dos minutos en demostrar su valía y el acierto de ese cambio. Controló un balón dentro del área, lo durmió, pensó y luego chutó. Como lo hacen los que saben de esto. Gol. Euforia. Exorcismo.
A partir de ese instante, el Elche lo buscó siempre por el costado zurdo, donde destacaba Álex Martínez. Pero El Arcángel sentía que los suyos podían matar a la contra –la tuvo Andone tras un gran centro de Stankevicius-. Y así, ya en el tiempo de descuento, un centro que controló con exquisitez Fidel obligó a José Ángel a cometer un penalti que Andone aprovechó para marcar su vigésimo gol e igualar a Sergio León, que intentó desesperadamente anotar otro poco después, pero no tuvo su día.
En Miranda el miércoles no podrán estar por culpa de las tarjetas vistas ni Deivid, ni Rodas, ni Caballero. Poco importa en estos momentos. Las segundas partes, los bonus y las resurrecciones, no siempre fueron malas.
JUGARON
POR EL CÓRDOBA: Razak; Stankevicius, Deivid, Rodas, Cisma; Nando (Pedro Ríos 58’), Luso, Caballero (Eddy Silvestre 82’), Fidel; Xisco (Markovic 70’) y Florín.
POR EL ELCHE: Javi Jiménez; Caro, Armando, José Ángel, Noblejas (Álex Martínez); Espinosa, Lolo (Cristaldo 59’), Mandi, Á.Moreno; Héctor (Álvaro 64’) y Sergio León.
GOLES: 1-0 Florín (27´) 1-1 Armando (49’) 2-1 Pedro Ríos (59’) 3-1 Florín (91’)
ÁRBITRO: Ocón Arráiz (Colegio Riojano). Amarillas a Luso, Héctor Rodas, Deivid, Caballero por el Córdoba; y de los visitantes a Armando y Caro.
ESTADIO: El Arcángel ante unos 9.500 espectadores aproximadamente. No se guardó un minuto de silencio en memoria del ex jugador Pepe Urbano, fallecido ayer después de haber jugado 172 encuentros con la camiseta blanquiverde.
Toni Cruz 