La modesta gloria del equipo del Malecón del Besaya

Hablando por twitter con Marcos Pereda el otro día –por cierto: su libro Arriva Italia no tiene desperdicio, especialmente para los amantes del ciclismo– me contó que su infancia son recuerdos del campo de El Malecón. Marcos no es cubano sino cántabro. Porque en Cantabria no sólo juega el Racing sino que también lo hace desde 1907 –antes que los verdiblancos que, aunque acumulan más gloria que sus vecinos, nacieron en el 13– la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega. Y lo hace en ese Malecón a orillas del río Besaya que fuera inaugurado por la Reina Victoria y sus hijos los príncipe Alfonso, Jaime y Juan el domingo 13 de agosto de 1922. El primer partido en ese recinto –remodelado en 2012, pero que conserva un sabor británico exquisito– fue un Ahtletic-Real (2-1).

Nunca ha jugado la Gimnástica en Primera a pesar de su larga historia (durante la década de los treinta vivió en un estado latente con el nombre de Deportivo Torrelavega), pero sí un puñado de veces (nueve, eso sí la última la 67-68) en Segunda.

Malecón
Noticia de la inauguración de El Malecón (ABC)

 

En sus más de 108 años de vida, a la Gimnástica le ha dado tiempo a que la bombardeen los nazis –tan castigado fue su campo por los Junkers Ju-52 que en 2004 encontraron un proyectil debajo del verde con 25 kilos de explosivo listos para estallar-, a que la visiten en un mismo año el mítico Madrid de Miguel Muñoz en Copa (2-2 con goles de Acero y Mateos para los cántabros y Félix Ruiz y Rovira para los merengues) y el Peñarol que le había ganado la Intercontinental al Benfica de Eusebio. Ese año 66 terminó siendo el mejor de la historia de los montañeses (si exceptuamos el 49, cuando únicamente una derrota en Lleida 3-1 les privó de subir a Primera), sobre todo porque fue la única vez en su historia que terminaron en Liga por encima del Racing de Santander, su gran rival (décimos ellos, duodécimos los capitalinos).

El último episodio glorioso a nivel nacional de este equipo lo firmó hace ahora 16 años. Militaba en Segunda B y después de eliminar por penaltis a aquel gran Alavés de Mané y a un Las Palmas de Primera les había caído en suerte el Barcelona. A los cántabros los dirigía entonces José Carrete (no terminó la temporada) y a los catalanes Serra Ferrer. No era el súper Barça de Rijkaard ni de Guardiola, pero aún así contaba con peloteros como Reina, de Boer, Xavi, Overmars y –por encima de todos- Rivaldo. Precisamente fue el astro brasileño el que resolvió el encuentro de ida en El Malecón anotando su gol número cien vistiendo la blaugrana (en un comentario algo prepotente el cronista del Mundo Deportivo Joan Josep Pallàs apuntó: “No deja de ser paradójico que la efeméride se produjera en este campo con la cantidad de encuentros de alta competición que llega a disputar al cabo de la temporada”).

gimnastica Incondicionales
(Gimnástica Incondicionales)

 

A buen seguro que Pallàs desconocía que en el 28 el Barça fijó su cuartel general para la final de Copa ante la Real a la que cantaron Alberti y Celaya en Torrelavega y entrenó en el mismo Malecón donde el barro y la lluvia ensuciaban las botas de aquellas superestrellas del siglo XXI.

En aquel encuentro ante los de Serra Ferrer se reunieron 12.000 personas –notable si se tiene en cuenta que en El Malecón caben normalmente 6.000– gracias a unas gradas supletorias. Superó por poco la mejor entrada en la historia de la Gimnástica (11.000 en la eliminatoria del 66 ante el Madrid).

Pero si meritorio resultó el pírrico 0-1 de la ida no menos iba a ser el desenlace de la vuelta. Durante la semana previa al choque, el psicólogo del club avisó con crudeza: “no nos acojonaremos” y el técnico Carrete reforzó su idea con un símil ambiguo: “nosotros también sabemos tocarla”.

Y así fue. El centro del campo que formaron Geli y Diego Camacho hicieron que Xavi terminara “perdido” (tal fue la calificación que le dio Mundo Deportivo) porque “no pudo superar el pressing cántabro”. Arriba, todo el esfuerzo del mítico Chili (más de 150 goles coló para la Gimnástica y poseedor de un record: ha sido el único jugador que ha marcado un doblete en Primera en su único partido como titular, el 3 de abril de 1.994, con el Racing ante Osasuna, nunca más salió de inicio), de Mario Bermejo y de Juanjo fue inútil, pero en algunos momentos inquietaron la meta de Reina.

Madrid Gimnástica
http://www.marcadorgimnastico.es

 

El 0-0 final ante apenas 6.000 personas que se dieron cita en el Camp Nou no pasará a la historia de los culés, pero sí para la de este modesto club cántabro y sus aficionados, que representados en gran número en el coliseo catalán (algunos de ellos organizados como los “Orgasmos del Besaya”), no pararon de corear “que bote el Malecón” o de alabar a su paisano Iván de la Peña.

Es la modesta historia de un club en el que han jugado peloteros que son allí leyenda como Madrazo, a quien llamaban Paco El Farol por su abuelo y a quien su compañero de equipo Llorente le compuso una canción que decía: “Tu tiro es cañón/ Que no pué parar/ Ni el propio Bañón./ ¡Farol!/ Te llama la gente/ Y el propio Llorente/ Te llama Farol/ Preferencia, general, tribuna/ Casi siempre pendiente de él/ Pero a veces nos quedamos a oscuras/ Porque no hay cerillas pa encender”) o el argentino Arcángel, conocido como El Pibe. Un equipo al que han entrenado Manolo Preciado, Nando Yosu y Carlos Terrazas.

Una entidad que ahora lucha, con canas pero con hambre, por subir a Segunda B y revivir sus derbis regionales contra el Racing (del último en partido oficial han pasado ya 25 años). De momento, la Gimnástica es primera en el Grupo III de Tercera. Si gana su eliminatoria ante el rival que le toque en suerte el próximo lunes, retornará a Segunda B.

Sí, obviamente en Cantabria no solo juega el Racing. Espero que esta nota expíe mi descortesía, Marcos.

 

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