El temazo de la semana: La culpa de todo la tiene Yoko Ono, de Def con Dos (1995)

Cioran dejó escrito en su Breviario de Podredumbre que “los grandes dolientes no se aburren jamás: la enfermedad les llena, como el remordimiento alimenta a los grandes culpables”. Hoy, para el temazo de la semana voy a mezclar la actualidad del club sobre el que informo y la música. El Córdoba no da una a derechas y durante esta semana hemos leído, escuchado y hasta sentido (y lo que nos queda) mensajes que van más hacia el propósito de enmienda que hacia la culpa. Nadie ha hecho su cometido mal. Ni Presidencia, por supuesto, ni Dirección Deportiva ni entrenador, ni jugadores… Cuando se interroga sobre por qué el equipo juega tan mal y pierde tantos partidos, la respuesta siempre incide en la posible solución: “trabajar más” (es decir, que o no trabajan bastante o lo hacen mal). Pagaría porque en una de estas comparecencias de aliño algún protagonista dijera que la culpa la tiene Yoko Ono. Y aquí empiezo a hablar de música.

la culpa de todo

El muy gamberro y muy gallego Julián Hernández –entre otras cosas cuando era parte de Siniestro Total cantaba cosas como “Todos los ahorcados mueren empalmados” o “Es que me pica un huevo”- creó en 1987, junto a César Strawberry, el grupo musical Def Con Dos, en el que usaba el pseudónimo de Padre Damián J. Karras (el de El exorcista). Originariamente se iban a llamar Freddy Krueger y los Masters del Universo (hubiera molado más, la verdad).

Sus composiciones, entre metal, punk y hip-hop, pronto tuvieron una gran acogida. En 1995 lanzan su disco Alzheimer, en el que incluyen este La culpa de todo la tiene Yoko Ono que hoy recordamos. La canción alude a la artista conceptual-caradura asiática que encandiló a John Lennon y que, de paso, motivó –o eso se dice- que los Beatles se fueran a pique. De hecho, el comienzo del tema incluye una de esas grabaciones de Ono berreando (ella dice cantando) por las que cubre en sus originales (por decir algo) performances. Luego se recuerdan una serie de situaciones entre cómicas y molestas (desde Uri Geller doblando cucharas hasta que nadie consuma castañas asadas).

La conclusión de los Def con Dos es que la culpa de todo la tiene Yoko Ono y el espíritu de Lennon que le sale por los codos. Lo mismo es la conclusión a la que tenemos que llegar los que tenemos que soportar excusas manidas y los topicazos que suele ofrecer el mundo del fútbol para justificar lo que parece injustificable. “Y aquí seguimos todos mirando decomisos con los jubilados”. Será cuestión de seguir esperando. Por cierto, Calamaro hizo una versión en un tributo al grupo que, para ser de Calamaro, le salió nada más que regulera.

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