Esta semana siempre quedará, para quienes nos gusta la música española de los ochenta y noventa, como la de la marcha definitiva de Manolo Tena. Un músico que vivió con la intensidad que se le suele asociar a la leyenda de los grandes y que fue dulcificando su sonido desde el punk hasta el pop. Quien les escribe –ya lo he confesado muchas veces- no tiene ni idea de música, así que cada vez que explico estos “temazos” trato de aprender algo. Y rebuscando en la biografía del extremeño de Lavapiés descubrí que su primer grupo se llamó Cucharada y trataba de fusionar el rock más reivindicativo –estilo Leño, por ejemplo- con el teatro –contó con Moncho Alpuente como colaborador-.
Cucharada duró cuatro años –del 77 al 81- y Tena era el bajo y la voz. En Wikipedia citan una entrevista a Tena en la que relata que, como performance de protesta, llegaban a “poner a un tío maniatado en el escenario, como si le hubiera dado una paliza la represión, y estábamos todo el rato diciéndole al público que lo soltara. Hasta que el público no aguantaba más y subían a desatarlo. También, parte del público era nuestro, entonces nos quitaban los instrumentos, se los dejábamos, y tocaban ello”.
Con aires a Led Zeppelin y Frank Zappa, en el 78 lanzan este Social Peligrosidad cuyo nombre se refiere a la franquista “Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social”. Una norma pacata y retrógrada que penaba a mendigos, drogadictos, homosexuales y, en general, cualquier elemento que resultara rara para la moral del nacionalcatolicismo.
Puede resultar extraño si lo miramos con los ojos del hoy, pero la Ley sobrevivió hasta 1995, así que en el 78 la canción suscitó tanta controversia que la censura aún latente en la transición prohibió su emisión en la radio española al considerar que incitaba al consumo de drogas. La letra habla de prostitución, de hippies con mono, de gais y, en general, de los personajes que abundaban en la seguramente excitante Madrid de la Movida. También menciona el reparto de las culpas, no siempre bien entendido por la sociedad.
En el 81, tras llegar a ser teloneros de Chuck Berry, Tena dejó Cucharada y creó Alarma antes de lanzarse a la fama en solitario. Escuchen y sorpréndase –yo desde luego lo he hecho- con este temazo reivindicativo que nos legó como recuerdo el artista que acaba de cambiar de vida.