Mi previa: Por el patrimonio emocional (Córdoba-Ponferradina, El Arcángel, domingo, 19:15)

Mi amigo abogado Diego Molina cuenta en un fantástico artículo para la Revista Española de Derecho Deportivo que al margen del patrimonio económico que pueda tener un club, y que es susceptible de ser poseído por una o varias manos, existe otro que revierte en todos sus seguidores que es el patrimonio emocional.

Ese patrimonio emocional sufre y padece los vaivenes del destino como hoja que se la lleva el viento. Un día le dicen que su equipo es el más virtuoso –y lo ha de creer-; otro que todos los malos tiempos son fruto de la mala suerte –e igual-; otro que nada de lo que se aprecia es realmente como lo pintan –ídem-. Y, un día, le cuentan que por falta de un puñetero papel uno de sus futbolistas más importantes se va a tirar cuatro meses sin jugar (una vida, sobre todo para un jugador ya castigado por una seria lesión como Caballero).

20150906_165731Al seguidor no le importa realmente por qué suceden ciertas cosas. Tampoco quién es el culpable. Le duele, impreca al destino o a quien considere oportuno y tira para adelante gracias a sus emociones y a su inquebrantable fe en que algún día todo cambiará y escuchará sonar –juro que hay quien lo espera a corto-medio plazo y es admirable- el himno de la Champions en El Arcángel.

Mientras tanto, para el domingo nos mediremos a la Ponferradina sin el lesionado Xisco y el sin papeles Caballero. Dos bajas importantes que, sin embargo, no fueron ya de la partida en el mejor choque de los planteados por Oltra hasta el momento, el de Zaragoza del pasado sábado. Por eso, parece poco probable –el valenciano lo ha dejado caer hoy en sala de prensa- que el once se toque salvo lesión de última hora. Ni los que jueguen ni cómo jueguen. Si mantienen el orden defensivo, la intensidad en el centro del campo y el entendimiento entre los de la vanguardia la victoria es muy probable que caiga de nuestro lado, sobre todo porque enfrente tendremos a un rival rocoso, complicado y duro, pero que aún no ha ganado en Liga como visitante (cierto es que apenas han disputado dos choques y que en Copa vencieron y eliminaron al Alcorcón en Santo Domingo).

El compromiso adquiere varios extremos de importancia impropios de la jornada quinta de un campeonato de 42. El momento de inflexión –dos triunfos, dos derrotas- que lleva el Córdoba; los dos últimos malos recuerdos en casa y la última noticia del tema Caballero hacen que, sin comerlo ni beberlo sobre todo por esto último, los de Oltra se vean con un extra de presión (Y eso que el discurso dado esta semana por el técnico como por Emilio y los jugadores de mesura dentro de la ambición ha sido muy acertado).

En resumen, que aunque sea por el patrimonio emocional al borde del colapso a veces que posee el Córdoba, los de blanco y verde tienen la obligación de regalar una sonrisa el domingo que palie el último (los últimos) malos tragos. Y que nos haga mirar hacia arriba. Primero hacia la zona alta de Segunda… ya habrá tiempo para soñar con la Champions.

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