Mi previa: Córdoba-Real Valladolid (El Arcángel, 22:30)

Comienzan. Comenzamos. Reflexionó Ciorán que “la nostalgia no es más que una teología sentimental (…) donde Dios es lo Indeterminado elaborado por la languidez”. Nos vemos escapando de un pasado reciente ambiguo. Nos asalta la tentación de mirar hacia el lugar del que venimos en el que nos sentíamos grandes y miserables al mismo tiempo. Un foro en el que nunca estuvimos cómodos. El traje de Primera se nos quedó demasiado grande y, por eso, hemos regresado a nuestro lugar habitual con la mente puesta en crecer y que se nos ajuste del todo bien.

20150221_175744He escrito algo sobre la languidez. De eso es de lo más escapamos. Este año sería inadmisible contar con jugadores que no transmitan deseo y orgullo; ganas y garra. Oltra, el técnico escogido, ya ha demostrado en los meses que ocupa su puesto que no va a permitir que nada de eso falte. De hecho, quiere buscar la sinergia con unos aficionados a los que, curados de espanto, ya no les da miedo nada después de los esperpentos del pasado recentísimo.

De la primera convocatoria sorprenden pocas cosas. Se quedó fuera Ekeng, que se ha de marchar. Tampoco están Bernardo ni Pineda. El chileno no ha exhibido virtud alguna en verano y, de momento, sólo queda confiar en que goce de suficiente pundonor como para mejorar en los entrenamientos y así demostrar que puede competir en el exigente fútbol profesional español.

El primer once del Córdoba lo podrían formar Razak; Dalmau, Héctor Rodas, Deivid, Domingo Cisma; Pedro Ríos, Luso, Markovic, López Silva; Florín y Xisco. No extrañaría –al menos a mí no me extrañaría- que Abel Moreno fuera el lateral zurdo inicial. Ni que Fran Cruz desbancara a un tocado Héctor Rodas del centro de la zaga. Ni que Nando moviera a Pedro Ríos del costado diestro y Fidel a López Silva del siniestro. La pretemporada, de claros y sombras en juego y resultado, ha dejado a las claras sobre todo que al técnico valenciano le interesa tocar y tocar el balón. Generar fútbol sin que las exigencias y las voluntades superen a la razón de su sistema (4-4-2 y, en contadas excepciones, 4-3-3).

Enfrente, un Real Valladolid naturalmente candidato a todo. Cuentan con un entrenador sereno y sagaz. Garitano, que llegó tarde y contó en consecuencia con poco tiempo para armar un equipo, ha sido capaz de dar ya su toque (según cuentan las crónicas pucelanas, en las que se refleja que aún no ha perdido) personal a una plantilla corta pero de muchísima calidad. Tiene apenas 17 profesionales en sus filas (de hecho, para completar la convocatoria ha citado a dos del filial), pero de garantías. Hoy –en un 4-2-3-1- podría disponer a Kepa; Chica, Marcelo Silva, Juanpe, Hermoso; Leao, Timor; Juan Villar, Óscar, Mojica; y Rodri. Alfaro es su única ausencia, por lesión.

Es la hora. Si el año pasado la euforia fue el incómodo compañero de viaje que nos acompañó en Primera hasta que nos dimos cuenta de que sobraba, en éste puede ser la nostalgia la que nos guíe hacia un puerto indeseable para todos. Así que, ya sabe, deshágase de todos los recuerdos innecesarios salvo, si acaso, de su moral y su fe. Que también se basan en recuerdos imposibles.

Si quieren escuchar la narración del partido a través de internet, lo cuento para Cordobesismo Radio a través de este enlace.

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