Una historia de fútbol: El Juve-Barça que hundió a Pacione

“Marco Pacione fa rima con Bidone”. Marco Pacione rima con papelera (término con el que se designa en Italia a los jugadores malos). Este cruel pareado sirve de introducción a un vídeo en youtube en el que se exponen –una a una- las hasta cuatro ocasiones de gol clamorosas que falló el delantero centro de la Juventus Marco Pacione el 19 de marzo de 1986.

Marco Pacione con la bianconera
Marco Pacione con la bianconera

Fue durante el partido de vuelta de unos cuartos de final de la Copa de Europa. Jugaban, como lo harán en Berlín, la Juventus y el Barcelona. Era la primera vez que ambos equipos se medían en el continente.

La Juve era la vigente campeona. Sus poderes: Platini, Laudrup, Scirea... El Barça, el aspirante más firme. ¿Razones? Archibald, Víctor, el díscolo Schuster (que vio esa eliminatoria desde su casa de Fontpineda)… En la ida los catalanes vencieron en el Camp Nou merced a un fenomenal zurdazo del lateral Julio Alberto. En el minuto 21 de ese choque sufrió un tirón en el muslo izquierdo el atacante juventino Massimo Briaschi, que suplía al gran Aldo Serena, que estaba sancionado. Así que a Trapattoni no le quedó más remedio que darle paso a Marco Pacione. Pacione había llegado a la Vecchia Signora avalado por su trayectoria anotadora. Vistiendo la neriazzurra del Atalanta se había proclamado máximo goleador de la Serie B dos años antes (quince dianas) y en su estreno en la A había conseguido anotar otras cinco. Como tercer delantero y con apenas 22 años, no parecía una mala opción.

Pacione ante Víctor Muñoz en el partido que marcó su carrera
Pacione ante Víctor Muñoz en el partido que marcó su carrera

Sin embargo, las crónicas resaltan la pobrísima impresión dejada por Pacione en el Camp Nou. Tal fue así que Trapattoni decidió retirarlo a cinco del final, entrando en su lugar Nicola Caricola. Su técnico quiso restarle trascendencia a la labor de su futbolista en sala de prensa: “Briaschi es muy válido para un sistema (se refería al contragolpe) y Pacione, para otro. Además, este muchacho está algo falto de entrenamiento. Sin embargo, no puede decirse que haya desentonado o que por ahí hayamos perdido el partido”. Las únicas palabras que se conservan de Pacione tras el encuentro son erróneas: “hemos sido derrotados por un autogol a pase de un jugador nuestro”, porque el gol lo mete claramente Julio Alberto. Por cierto, los redactores que firmaron la información para Mundo Deportivo se equivocan en su nombre. Le rebautizaron Taccione (involuntariamente suponemos, porque Taccio significa silencioso en italiano).

Dos semanas después la situación, para el partido de vuelta, había empeorado para ambos equipos. En el Barça, la rebeldía de Schuster hacía que los diarios del mismo día de la vuelta a disputar en el Comunale abrieran con informaciones que aseguraban que el puesto de Venables corría peligro. Sin opciones en Liga, seguir vivos en la Copa de Europa era una obsesión. En Turín llegaban al envite tras perder 3-0 ante la Roma, aunque aún tenían el Scudetto a tiro. Briaschi no se había recuperado de su lesión y Serena se había caído de la convocatoria por molestias físicas. Pacione, que aún no había marcado vestido de bianconero, debía ser titular en el partido más importante de la temporada.

Cromo de Pacione jugando con el Hellas Verona
Cromo de Pacione jugando con el Hellas Verona

El árbitro Keizer dio el silbido inicial y ,según el periodista Mauro Pioli, Pacione comenzó a moverse  por con el campo con “l’aria di un poveraccio catapultato” (el aire de un pobre catapultado). En el minuto 17 falló la primera, clamorosa, después de que Laudrup se la pusiera como a Cardeñosa se la pusieron en el 78. En el 24 marra de nuevo un gran centro de Massimo Mauro desde la derecha ante la mirada incrédula de Platini. Incluso tuvo otras dos oportunidades iguales de claras a sendos pases de Laudrup. A partir de ahí, desapareció Pacione. Archibald marcó el 0-1 con la oreja y luego Platini enseñó al pataleto ariete italiano cómo se define. 1-1 insuficiente y euforia culé.

La crónica de Mundo Deportivo le puso un cero rotundo a Pacione, resaltando que fue el peor jugador en el campo. Tomás Guasch, en ese mismo diario, fue más lejos titulando su artículo “¿Hughes?…No, el crack del Barça es Pacione” y opinando en su interior: “Estamos en disposición de asegurar que Núñez al que fichó en su excursión del otro día fue a Pacione. iMadre mía con el angelito! Jugó una primera parte que la mitad de los hinchas del Torino, hoy más blaugranas que Núñez, fueron ingresados con ataques de risa. Tremendo. La velocidad de Giménez, la chispa de Clares, la imaginación de Fortes y el punch de Bío en un solo hombre”.

Pacione, naturalmente, dejó la Juventus al final de esa temporada. Sin marcar. No era

Pacione en la actualidad, con el polo del club para el que ahora trabaja, el Chievo Verona
Pacione en la actualidad, con el polo del club para el que ahora trabaja, el Chievo Verona

su sitio. Su carrera se recondujo en el Hellas Verona –donde guardan un muy buen recuerdo de las tres temporadas en las que jugó allí, en las que compartió ataque con Elkjaer y Galderisi.

Pero, cosas de este juego: Pacione, al que conocían como Paciogoal cuando los metía a pares en el Atalanta, pasó a ser casi un proscrito en la Turín juventina. Tuvo que comprobar cómo durante mucho tiempo –e incluso aún hoy se le recuerda- los niños que jugaban en los parques vestidos con la bianconera, si fallaban un gol cantado, recordaban su nombre. En Turín ganó, sin marcar, un Scudetto y una Intercontinental, pero toda su carrera quedó truncada por no dar la talla en un único partido como el del próximo sábado.

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