Empiezo por el final. Terminó el encuentro con parte de la afición en pie aplaudiendo a su equipo. No, el Córdoba no había ganado. Había perdido por séptima vez consecutiva en su estadio. De hecho, aún no ha sido capaz de sumar un único punto ante su público en lo que va de segunda vuelta. Deivid –que apenas lleva unos meses vestido de blanco y verde- llevó al centro del campo a sus compañeros y les hizo aplaudir. Y fue correspondido.
Hay veces que el corazón atiende a razones que la razón no entiende. ¿Por qué agradeció El Arcángel a sus futbolistas lo de ayer ante el Athletic? Habrá quien dirá que como un tributo a su esfuerzo. Bien, puede ser una teoría. Es como si un periodista empieza a pulsar las teclas de su ordenador aleatoriamente a la hora de rellenar un libro. Sí, habría cumplido con su principal cometido: cubrir un espacio. Pero no habría cumplido su objetivo.
El Córdoba volvió a repetir lo de semanas anteriores. Atacó, obligado por las circunstancias, con todo lo que pudo. Llegó a disponer Romero de una línea de tres zagueros atrás nada más, en una segunda parte en la que casi nadie parecía saber muy bien dónde jugaba. Generó peligro, más o menos, a tirones. Tuvo en la cabeza de Andone el 1-0, y en las piernas de Fidel el 1-1, y en las de Bebé… bueno en las de Bebé tendría una lanzadera espacial de balones.
Pero al final, el Athletic –como tantos otros: Elche, Getafe, Valencia…- se llevó el gato al agua sin arriesgar. Casi sin aparente esfuerzo, generó las oportunidades más claras cuando mejor le vino (otra vez soberbio Juan Carlos). Y venció por culpa del quinto autogol del colista en Liga –lleva tantos goles sin querer que queriendo el Córdoba en las últimas nueve fechas-. A causa del enésimo error de la zaga, provocado por la pasividad en la conducción de Abel y por el horroroso despeje de Pantic (temporadón del central serbio). Y también porque, una vez más, el jugador que debería echarse el peso del juego a sus espaldas, Fede “the kid” Cartabia, prefirió estar en la luna de Valencia. Otro delicioso suicidio en grupo de los que estamos disfrutando esta temporada.
¿Qué más hubo en el encuentro? Reproches a un presidente que abandonó su puesto –únicamente de forma circunstancial- y otro pésame recibido de la afición rival.
Volvemos al comienzo. Puede que su afición aplaudiera a los jugadores del club que aún no ha ganado un partido en toda la segunda vuelta como premio a su esfuerzo. Pero también puede que, simplemente, la buena gente de El Arcángel ya no sepa ni qué hacer ni qué decir. Qué buen vasallo si hubiera buen señor.
JUGARON
POR EL CÓRDOBA Juan Carlos; Crespo, Deivid, Pantic, Edimar; Krhin, Abel (Fede Vico, 60’), Bebé, Fede Cartabia (Heldon, 70’), Fidel (Rossi, 80’); Florin Andone.
POR EL ATHLETIC CLUB Iraizoz; Aurtenetxe, Etxeita, Laporte, De Marcos; San José, Beñat, Ibai (Gurpegui, 78’); Aketxe (Mikel Rico, 70’), Aduriz, Iñaki Williams (Viguera, 86’).
ÁRBITRO: Teixeira Vitienes (Cántabro), amonestó a Williams, Etxeita, Florin y Fede Vico.
GOL 0-1: Deivid (p.p) 55’.
INCIDENCIAS: El Arcángel, 15 000 espectadores, unos 600 aficionados del Athletic. Gran comportamiento.