Hoy se está celebrando el día Mundial de la Radio. Una jornada para celebrar lo que a cada uno de nosotros nos ha dado este medio tan eterno como nuestra propia voz. Nuestra imaginación, arma poderosa que nos puede hacer volar hacia destinos inimaginables, es la que sigue manteniendo este medio al que la espontaneidad y la inmediatez dotan de un espíritu indomable.
Cuando tenía cinco, seis, siete años… empecé a contar los partidos que jugaba con mi balón en mi casa a través de una radio imaginaria. Nunca pensé que pudiera convertir mi pasión en uno de mis trabajos. Tal vez lo haya conseguido porque nunca haya dejado de ser mi pasión, a pesar de mi torpeza e incapacidad inicial delante de un micrófono. Nunca he dejado de querer ser lo que ahora procuro ser. Nunca me rendí.
Además, trabajar en la radio –en las radios en las que he tenido la suerte de hablar- me ha permitido cultivarme, conocer gente increíble (me niego a citar a alguna por no ser capaz de citar a todas) y sobre todo encontrar una humanidad muy distinta a la que retratan otros medios acaso más exitosos, pero más crueles, como la televisión.
Viva la radio. Vive la radio. A todos los que algún día han sido capaces de sentir algo delante de un micro o a través de las ondas: felicidades.
Toni Cruz 