El Eclipse F.C., el equipo betunero y proletario que logró meterle dos goles al Madrid de Zamora

Santander, 1920. Los trabajadores de una empresa francesa de betunes llamada “Societé Générale Ciriage Français” se sienten bien tratados por sus patrones. Dos años antes han conseguido sin llevar a cabo huelga alguna que sus compañeras obreras reciban un mes de salario extra por dar a luz. En ese estado de paz social un emprendedor llamado Eugenio Otero -definido por el escritor Raúl Gómez Samperio como «hombre modestísimo, con su traje azul de obrero, con su cariño hacia los muchachos y su prestigio de empleado modelo»– decidió convencer a los franceses al mando de que sería buena idea patrocinar un equipo de fútbol formado por los propios trabajadores. El nombre, además, sería un argumento definitivamente convincente: Eclipse F.C., el de la marca de uno de los betunes que elaboraban en la fábrica.

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Fábrica de la Societe Generale de Ciriages Français (Escenas de Santander Blogspot)

Así, en 1921 arranca la efímera historia de una entidad que llegó a ser importante en Cantabria. Los colores de su camiseta, el azul de los monos de trabajo; su sede social, en el Bar Sol de la calle Libertad. La pura esencia proletaria frente al poderoso y aristocrático Racing de Santander, que nunca perdió su dominio en la liga regional (hasta el 29 no se creó la primera Liga, en la que el Racing se ganó por derecho propio una plaza).

Betún Eclipse
Cajita de betún Eclipse (Escenas de Santander)

El Eclipse no tuvo campo propio hasta 1925, teniendo que jugar hasta entonces en El Sardinero. Ese año consiguió su hogar, el Campo de Los Arenales de Maliaño. Un campo en el que podían ver fútbol más de 5.000 personas. Allí se quedaron hasta el final de sus días los betuneros. Y en ese modesto escenario recibió el 3 de mayo de 1931 dos goles  el Madrid de Zamora en un partido de Copa.

Dos días antes de que comenzaran los primeros partidos de ese torneo la República había sido proclamada en España y la Copa que iba a ser del Rey se convirtió en Copa de España o del Presidente de la República. El Eclipse se había logrado clasificar para el torneo tras aprovechar la desaparición de la Gimnástica de Torrelavega para quedar subcampeón de Cantabria. La eliminatoria, de dieciseisavos de final, había quedado resuelta en el partido de ida. El 26 de abril de 1931 el Madrid F.C. (a secas, lo de Real se lo tragó unos años el republicanismo imperante) goleó al Eclipse 4-0 en Chamartín.

De ese encuentro de ida destaca ABC la presencia de un futbolista en las filas betuneras -no dice su nombre- con aspecto “venerable” porque “las canas nevaban su cabeza”, abundando en que resultaba un “anacronismo” ver aquel “cráneo argentado” despejar balones con “juvenil donaire”. En Chamartín el público estaba más pendiente del amistoso España-Irlanda que se disputaba simultáneamente  en Montjüic-entonces no se estilaba lo de los parones internacionales– y de los discursos de Alcalá-Zamora y de Macià.

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Jugadores del Eclipse retratados en las páginas de ABC en la previa del partido ante el Madrid

A pesar de la goleada y de la evidente superioridad de los merengues, ABC encuentra un hueco para elogiar al Eclipse: “dio una lección de su pequeño juego honrado en un gran tono de deportivismo”.

En la vuelta el campo de Los Arenales se llenó para recibir al Madrid de Zamora. La sola figura del portero era capaz de generar la expectación de una estrella del pop en nuestros tiempos. La victoria, claro, volvió a caer del lado de los poderosos, aunque el “correctísimo” (según ABC) público del Eclipse F.C. pudo cantar dos goles de los suyos obra del delantero Nobel Carral (¿tendría algo que ver con el líder anarquista cántabro y relojero Emilio Carral?), uno de un fuerte chut y otro tras recibir un pase de San Emeterio (nombre muy futbolero en Cantabria).

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Escudo del Eclipse FC (Futbolplus.com)

Poco más se sabe del Eclipse después de aquel partido. Los terrenos donde se encontraba el campo en el que encajó dos goles Zamora, que se creó sobre rellenos de arena provocados al descargar las dragas los limos de la Bahía de Santander, han terminado convirtiéndose en el barrio de Castilla-Hermida. El club, por su parte, aguantó cinco años más en categorías regionales hasta su desaparición antes de la 35-36. No he podido determinar cuánto tiempo más sobrevivió la empresa betunera.

Un último apunte que he podido encontrar y que puede reafirmar el carácter revolucionario de la entidad. En las revueltas anarquistas de 1932 en Santander fueron detenidos varios miembros de la FAI. El 12 de abril de ese año el líder del movimiento en Cantabria, Francisco Fervenza, consiguió escapar de un cerco policial cuando portaba bombas de mano con las que atentar con la ayuda de un tal Traval que, parece ser, era jugador del Eclipse F.C.

Fuentes:

https://historicosdelfutbolcantabro.wordpress.com/2014/03/09/campos-en-el-municipio-de-santander/

http://www.raulgomezsamperio.com/2017/08/el-eclipse-f-c-el-equipo-del.html

https://escenasdesantander.blogspot.com/2015/10/un-poco-de-historia-xliii.html

file:// Dialnet-CuatroDerroterosMilitaresDeLaGuerraCivilEnCantabri-1633999.pdf

Hemerotecas ABC y Mundo Deportivo

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