Mi crónica: ¿Presión? Sí, gracias (3-1)

La presión en el fútbol puede ser un arma de doble filo. A un buen equipo le hace grande, porque sabe convertirla en autoexigencia. A otro malo, por el contrario, lo empequeñece porque le supone un incómodo compañero de viaje. El Córdoba fue de la mano de la presión y ganó sin problemas, el Mallorca dio una imagen pésima en parte por lo que ya tiene encima y lo que aún debe sufrir (vae victis).

No siempre va de la mano, pero en El Arcángel coincidió un gran partido de unos con otro desastroso de los otros. Es posible que el Mallorca jugara tan rematadamente mal porque el Córdoba saliera al campo rematadamente bien. Pero también es justo reseñar que cuando a un equipo le conceden un penalti –que no era, por cierto- y lo yerra puede venirse abajo. Este Córdoba no. Hizo de la naturaleza cruel de las matemáticas virtud y desarboló de principio a cabo a un rival que demostró por qué tiene los aprietos que tiene.

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En el comienzo brilló Nando García, pero fue Deivid quien protagonizó la primer acción grande del choque asistiendo a un Florin Andone que no perdonó ante Wellenreuther y festejó con gafas de sol y sonrisa su renovación. Era el minuto 16 y el Mallorca parecía un pelele en esos momentos. La total desconexión de los baleares y la inteligencia del Córdoba para incidir por donde más problemas tenían –su costado diestro- provocaron el segundo. Un contragolpe perfectamente hilvanado fue culminado con acierto por Xisco –no lo celebró por su pasado reciente- tras asistencia de Andone. Parecía que todo estaba dispuesto para un festival, sobre todo porque el rival no comparecía. Pudo haber aumentado la renta el rumano –de hecho, lo hizo- pero el mal colegiado Alberola Rojas señaló un fuera de juego que sólo vio él.

En el descanso, Pepe Gálvez decidió quitar a Michael Pereira –infame en ataque y defensa- por Moutinho y su equipo, al menos, le puso voluntad. Pero este Mallorca tiene su talón de Aquiles en la pegada y a pesar de mantener la pelota y tener tímidos acercamientos el peligro lo generaba el Córdoba. De hecho, Xisco pudo haber finiquitado el pleito en el 65 tras otro contragolpe en el que se asoció con Andone –es una alegría que estos dos futbolistas funcionen tan bien juntos-.

El tercero llegó en el tercer error de Alberola. Markovic convirtió en gol el primer balón que tocó tras sustituir a Xisco. He escrito el primer balón, pero en realidad fue el segundo puesto que el primero le sirvió para burlar de manera antirreglamentaria a Aveldaño –claro juego peligroso-. No obstante, no cabe restarle mérito al serbio, que entró muy enchufado y que demostró que debe seguir siendo una pieza a tener muy en cuenta.

Justo después, el mejor futbolista del Mallorca, Brandon Thomas, aprovechó un despiste colectivo y recortó la diferencia. Había pasado todo en apenas un minuto, pero en realidad nada pasó puesto que la renta siguió siendo de dos goles.

Desde ese minuto 73 hasta el final, mucha gresca y poco juego. Justo lo que le interesaba a los locales, mucho más precisos y entonados de principio a fin. Apenas levantó el ánimo colectivo un gran disparo de falta de Bianchi -¿por qué este jugador fue suplente?-.

La presión mejor digerida, la pegada, el empuje y la concentración llevan a los nuestros a la segunda posición… justo lo contrario al Mallorca a zona de descenso a Segunda B. Eso es el fútbol. Entre otras cosas.

JUGARON:

POR EL CÓRDOBA: Razak; Stankevicius, Héctor Rodas, Deivid, Domingo Cisma; Nando, Luso, Víctor Pérez, Fidel (Pedro Ríos, 81’); Xisco (Markovic, 70’) y Florin (De Tomás, 85’)

POR EL MALLORCA: Wellenreuther, Campabadal, Costas, Aveldaño, Oriol, Yuste, Damià (Acuña, 73’), Pereira (Moutinho, 46’), Sissoko, Brandon y Coro (Bianchi, 55’).

ÁRBITRO: Alberola Rojas (Manchego). Amarillas a Luso, por los locales, y a Joan Oriol, Brandon, Bianchi y Héctor Yuste, por los visitantes.

GOLES: 1-0, m. 16: Florin Andone. 2-0, m. 26: Xisco. 3-0, m. 71: Markovic. 3-1, m. 72: Brandon.

ESTADIO: El Arcángel. Unos 17.000 espectadores.

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