Mi crónica: De la mala espina (1-2)

No me pregunten los motivos, pero antes del partido hablé con hasta cuatro compañeros y todos tenían malas sensaciones. Era una atmósfera extraña, como si las nubes ensombrecieran no sólo el sol, sino el brillo de quien se debe sentir lo que es: segundo clasificado.

De esa mala espina que daba el partido se pasó, casi sin solución de continuidad, al primer gol rival. Néstor Salinas tomó un balón de Lago Junior, se marcó un zigzagueo casi sin oposición –segunda vez consecutiva que sucede, fue como ante la acción que empezó a matar el partido ante el Elche- y lanzó un derechazo que batió a Razak por el palo que debía tapar. Era demasiado pronto –minuto 8- para culpar a la línea de jóvenes defensores que planteó Oltra. El valenciano confió en Bijimine, Gálvez y Abel a pesar de tener ya a su disposición a Héctor Rodas y Cisma.

También dio entrada a Fidel, a quien se le notaba peor que en otros encuentros. A pesar de ello, asistió para las dos únicas acciones claras de peligro del Córdoba. Un saque de esquina que remató muy flojo Xisco a las manos de Raúl Fernández y otro de falta que remató a la red Luso en posición –ajustada- de fuera de juego.

CCF-Mirandés

Como los de casa no estaban finos, Terrazas siguió manteniendo su línea de tres defensas y dándole todo el espacio posible a su veloz Lago Junior, que hacía del carril diestro su ducado personal.

Tras el descanso, la actitud fue un poco más decidida por los que debían remontar, pero también muy pronto se encontraron con el penalti por mano –más bien zamorana– de Bijimine ante Álex García. Lago Junior se tomó su tiempo pero la colocó imposible para Razak.

Como le suele pasar al Mirandés, fue tenerlo todo de cara y echar a temblar. Tanto que apenas un par de minutos después un centro mal despejado por Raúl Fernández fue empujado a la red por Xisco Jiménez. 1-2 y un mundo por delante. Justo antes de ese momento, Oltra había dado entrada a Pedro Ríos por Fidel, un cambio lógico y normal. Bastante más que la entrada de De Tomás por Nando García. En todo caso, el Córdoba asedió a un Mirandés, que se encomendaba a las patadas y a su gran portero, Raúl Fernández. Un paradón de éste –y una pizca de suerte- evitó que Rafa Gálvez obrara el segundo de cabeza.

Una patada sobre Stankevicius le costó la segunda amarilla a Álex Ortiz. Pero ni con uno más fue el Córdoba capaz de igualar el resultado, a pesar de haber puesto todo de su parte para conseguirlo (el último tramo fue un triste monólogo de posesión de balón nada pragmático). Es evidente que el equipo blanquiverde prefiere pegar primero y esperar. Cada vez más.

Mal empieza 2016. Cabe pensar –no por este resultado sino por la propia exigencia de la competición- en que habrán de llegar refuerzos que asienten las, por otra parte y es preciso ser justos, sólidas bases del equipo que entrena José Luis Oltra.

JUGARON

POR EL CÓRDOBA: Razak, Stankevicius, Bijimine, Gálvez, Abel Moreno; Luso, Víctor Pérez; Fidel, Nando García, Xisco, Andone.

POR EL MIRANDÉS: Raúl Fernández, Cantero, Álex Ortiz, Carlos Moreno; Provencio, Eguarás, Rúper, Néstor Salinas, Álex García, Lago Junior; Ion Vélez.

GOLES: 0-1 (8’) Néstor Salinas; 0-2 (56’) Lago Junior (p.); 1-2 Xisco (58’)

ÁRBITRO: Trujillo Suárez (canario). Expulsó a Álex Ortiz por doble amarilla (77’)

ESTADIO: El Arcángel. Unos 18.000 espectadores.

 

 

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