Mi crónica: Llámame Jean Paul (1-2)

Un día en El Arcángel me lanzaron un órdago que estaba deseando perder. Por eso esta crónica victoriosa lleva este titular. De no mediar ese reto, el encabezado bien podría ser «Victoria de valor»; «Rompiendo moldes» ó «Vertiginoso».

anxo carroEl Córdoba afrontó el partido del Anxo Carro encorsetado en un molde teórico muy rígido. Sin encajar en las anteriores cuatro compromisos y marcando los goles justos para vencer, parecía que el gran reto era buscar un partido de mínimos que incomodara el habitual despliegue de toque del Lugo en su campo.

Oltra dio pábulo de inicio a Fidel en lugar de Nando. El cambio puede obedecer a cierta línea descendente en el juego del valenciano o al interés del técnico de hacer sentir valiosos a jugadores como el interior, que ha de ser protagonista a lo largo de la temporada. Lo demás, lo esperado. Falcón suplió a Razak, Xisco a Andone y Gálvez a Rodas.

A pesar de que el balón fue del Lugo al comienzo, la primera oportunidad la generó un lejano lanzamiento de Pedro Ríos de falta. El Lugo lo intentaba por el perfil zurdo, donde su lateral Manu se asociaba bien con Campillo ante la impotencia de Stankevicius. Un centro por ese flanco permitió que Caballero -aprovechando que Gálvez midió mal su posición y luego que el árbitro no viera que se ayudó de la mano para controlar– fusilara en el minuto 21 a Falcón y pusiera el 1-0.

No era un guarismo que reflejara lo que se estaba sintiendo en el campo. El Lugo no hilvanaba con criterio y el Córdoba parecía, incluso perdiendo, mejor ubicado en el campo. Fruto de esa entereza llegó el empate, merced a un fabuloso pase de Markovic y un exquisito control y certero remate de Xisco Jiménez. El balear corrió a celebrarlo a la banda con Arturo, en la enésima demostración de unidad del grupo.

El habitual argumentario del Lugo se estrellaba con la realidad. El único sustento era su persistencia en su fútbol -toque y más toque- y la voluntad de Ocón de tolerar todas sus patadas y de castigar las del Córdoba de forma inflexible. Lo intento en dos disparos más antes del descanso bien contestados por un seguro Falcón y, tras la reanudación, llevó la inquietud siempre por el flanco izquierdo –Stankevicius naufragó toda la segunda mitad-. Afortunadamente no estuvieron certeros en los centros y además Milla contribuyó a mitigar su empuje cambiando de manera incomprensible a Campillo -el más incisivo- por Ferreiro.

Y cuando todos firmábamos el empate, Oltra fue a por la victoria. El valenciano dio entrada a Nando y a Pineda y mantuvo su 4-4-2, enviando de paso un mensaje a los suyos y al rival. De repente, Pedro Ríos robó un balón vio a Jean Paul desmarcado. Y Jean Paul envió de un derechazo formidable la pelota al ángulo de José Juan. Golazo.

Era el minuto 79 aún, pero luego fue todo más sencillo (como viene siendo habitual). El Córdoba se guareció bien, manteniendo calma e inteligencia. Sufrió lo justo ante un rival grogui. Y así, se apuntó la quinta victoria del campeonato y se alzó al segundo puesto, con los mismos puntos que el líder.

Y así Oltra rompió el corsé, el esquema y mi apuesta. Y me alegro enormemente por todo ello.

JUGARON

POR EL LUGO: José Juan; Pau Cendrós, Dealbert, Israel Puerto, Manu; David López (Molinero 59’), Seoane, Sergio Marcos; J.Pereira, Caballero, Campillo (Ferreiro 76’).

POR EL CÓRDOBA: Falcón; Luso, Stankevicius, Deivid, Cisma; Pedro Ríos, Markovic, Rafa Gálvez, Fidel (Nando 74’); Xisco (Víctor Pérez 83’), Raúl de Tomás (Pineda 62’).

GOLES: 1-0 Caballero (20’) 1-1 Xisco (27’) 1-2 Pineda (78’)

ÁRBITRO: Ocón Arraiz (riojano). Amonestó a los locales Jonathan Pereira e Israel Puerto y a los visitantes Domingo Cisma, Gálvez y Deivid.

ESTADIO: Anxo Carro, 3705 espectadores.

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