Mi crónica: La persistencia del miedo (1-3)

El miedo es un animal cobarde –menuda paradoja- que asoma en los momentos críticos para hacer errar una decisión. El miedo persiste en los recuerdos colectivos como forma de evitar un mal mayor o como vínculo externo con la una realidad paralela para corregirlos.

El Córdoba no sucumbió ante el Alcorcón por un único factor. No fue tan solo por la fragilidad de su entramado defensivo –el primer y el tercer gol fueron errores groseros-; tampoco por lo blandos que parecen sus centrocampistas en ocasiones; ni siquiera porque, descontando a Xisco, no parece existir vida en la vanguardia cuando han de batallar en desventaja.

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El Arcángel recibe a su equipo en el partido ante el Alcorcón de la tercera jornada de Liga Adelante

Al Córdoba le mataron varias decisiones malas. Varias de Oltra: alinear a Pineda, que sigue sin saberse muy bien a qué ha venido a Europa; sustituir a Luso –sostén del equipo- por Víctor Pérez –quien perdió el balón que dio origen al tercer tanto- y, en consecuencia, dejar en el ostracismo incomprensiblemente a Fidel. Sus razones tendrá.

Tampoco decidió bien el árbitro Ais Reig, inventándose un penalti y obviando otro (ambos cometidos en área del Córdoba, así que tampoco se le puede achacar en exclusiva la culpa del desaguisado).

Y, como dicen que le dijo –aunque no sea cierto a la luz de la historia- el general Spínola a Justino de Nassau: “el valor del vencido hace famoso al que vence”, en estas el Alcorcón se llevó el triunfo estirándose un poquito nada más tras comenzar la segunda parte. Eso le bastó ante una defensa sin defensa.

Termino: entre esos múltiples factores que no ayudaron a ganar –sensu contrario: empujaron al abismo del domingo– estuvo el de una afición que no entendió la idiosincrasia del choque ni las circunstancias que lo envolvían –tres estrenos en la titularidad y muchos flanes en el once– y que por momentos, lejos de ayudar, fue una carga para los locales. Sí, el espectáculo fue malo, pero con ese rún-rún aún desafinó más el conjunto, entre otras cosas porque sirvió de miedo retroalimentado (es decir: los jugadores –veteranos pero extrañamente temblorosos- se contagiaban de los nervios de la grada y viceversa).

Así que, así está el patio. Y se viene encima una semana con dos partidos a cual más incómodo: la Copa que a muchos les escuece y el colosal campo de La Romareda con su histórico titular enfrente. Guárdense el miedo donde puedan. No ayuda. Y si esto lo leen los jugadores… ustedes mucho más.

JUGARON

POR EL CÓRDOBA: Falcón, Stankevicius, Deivid, Héctor Rodas, Domingo Cisma, Luso (Víctor Pérez, 67′), Markovic, Nando García, López Silva (Pedro Ríos, 57′), Pineda (De Tomás, 57′) y Xisco.

POR LA A.D. ALCORCÓN: Dmitrovic, Nélson, Djene, Román, Bellvís, Óscar Plano (Razvan, 85′), Campaña (Fausto Tienza, 74′), Toribio, Pastrana (Collantes, 64′), Máyor y David Rodríguez.

GOLES: 0-1, Domingo Cisma (p.p.).1-1, Xisco. 1-2, David Rodríguez (p.). 1-3, Máyor.

ÁRBITRO: Ais Reig (valenciano) amarilla a los locales Deivid, Stankevicius y a los visitantes Máyor, David Rodríguez, Dmitrovic, Fausto Tienza, Razvan.

ESTADIO: El Arcángel, 15.136 espectadores.

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