Mi crónica: El lado oscuro (3-1)

¿Puede un equipo cambiar tanto en siete días? ¿Puede bordarse la excelencia en determinados aspectos –concentración, intensidad, colocación y criterio- y en la jornada siguiente adentrarse en la indolencia por momentos? Sí. Un once es como un organismo vivo y –perdónenme la analogía- necesita de todos sus órganos vitales para rendir. Usted no puede funcionar sin cerebro o sin corazón –si me apuran más podría sin corazón que sin cerebro-. Pues igual el Córdoba.

Oltra, tras la bofetada de realidad, reconoció en rueda de prensa que se había equivocado disponiendo a quienes había dispuesto. Bien. Más tarde, no quiso señalar a nadie. Mejor, los trapos sucios se lavan en casa.

20150829_203035Pero cualquiera que haya visto algo de fútbol podría señalar qué factores hicieron al Córdoba jugar tan mal en Leganés. El primero, el cambio del 4-4-2 al 4-2-3-1. Oltra quiso paliar la baja de Xisco con la movilidad y, en consecuencia, la descolocación que pudieran generar en el rival Pedro Ríos, Nando, López Silva y Andone. Pero nada, se descolaban entre ellos mismos generando más incertidumbre que miedo. No hubo ninguna asociación ofensiva digna de relevancia. Planísimo el equipo en el tramo inicial, circunstancia que dio alas a un Leganés que empezó viéndoles venir y se animó a atacar al cabo de quince minutos.

Ahí entra en juego el segundo grave error de Oltra ayer: colocar a Víctor Pérez. El manchego no  tiene ritmo de competición. Se le vio lento, no estuvo fino con los pases y completamente perdido en el doble pivote. Para colmo de males, Markovic se desentendió de la guerra defensiva y le echó muchas menos manos de las que habría debido a su cómplice en su parcela. Así las cosas, y con dos laterales que tampoco tuvieron su tarde, el Leganés encontraba huecos por todas partes de tres cuartos de cancha en adelante. Sí, cierto que el segundo gol vino precedido de un fuera de juego clamoroso de Carlos Lázaro. Sí, tampoco es que los pepineros bordaran el juego. No les hizo falta. Bastaba con que Szysmanoski y Eizmendi se agitaran un poco para crear inquietud. Lo opuesto a sus rivales.

Así las cosas y con 2-0 en contra con una imagen pobrísima –para el técnico valenciano, la peor desde que se sentó en el banquillo blanquiverde- sólo se podía mejorar en la segunda. Pero –tercer error- Oltra le dio aún un poco más de margen a los once del inicio y otro desajuste grave –y una mala salida de Razak, que tampoco dio seguridad en Butarque- terminó de sentenciar el choque.

Con el tercer tanto llegó el cambio de esquema y de hombres. Fidel hizo más que López Silva, Arturo que Pedro Ríos y, por supuesto, Caballero mejoró a Víctor Pérez. Fue insuficiente. El golazo de Sasha Markovic de falta, la empatía final con los desplazados –acto de contrición necesario con aplausos devueltos- y los numerosos borrones que habrá apuntado Oltra en su bloc de notas (y, en consecuencia, conclusiones) son las únicas noticias amables de un partido que nos ha presentado la crudeza de Segunda división (tampoco es que la echáramos de menos).

JUGARON:

POR EL LEGANÉS: Serantes; Víctor Díaz, Mantovani, Insúa, César Soriano; Miramón, Alberto Martín; Eizmendi (Guillermo Fernández, 71’), Szysmanowski (Rubén Peña, 60’), Borja (Candela, 80’)

POR EL CÓRDOBA: Razak; Dalmau, Héctor Rodas, Deivid, Domingo Cisma; Víctor Pérez (Caballero, 70’), Markovic; López Silva (Fidel, 50’), Pedro Ríos (Arturo, 50’), Nando y Florin Andone.

GOLES: 1-0: Eizmendi (25’), 2-0: Borja (35’), 3-0: Szymanovski, 3-1: Markovic (51’)

ÁRBITRO: Trujillo Suárez (tinerfeño). Amarillas a Szymanowski (14’), Mantovani (69’), Soriano (77’), Deivid (11’) y Víctor Pérez (20’).

ESTADIO: Butarque. Una 3.700 personas, 250 de ellas aproximadamente seguidores cordobesistas, que recibieron y despidieron al equipo con aplausos.

Deja un comentario