Cuando uno se atasca a la hora de explicar lo que parece inexplicable puede –debe- recurrir a los libros como supositorio de sentimientos (y perdón por la metáfora). Para parir esta pequeña previa del Numancia-Córdoba abrí al azar un tocho que compré hace dos años –El libro de la psicología, editorial Akal, varios autores– y, igual que dicen con los refranes, encontré hasta cinco citas que le vienen al pelo a la coyuntura que atraviesa el equipo de nuestros desvelos.
Por ejemplo, dijo Viktor Frankl que “el sufrimiento deja de ser sufrimiento cuando encuentra un sentido”. Llevamos dos meses –tres si apuramos- en los que hemos persistido en nuestras miserias aguantándonos –con fe- con nuestra buena posición. Una situación que no ha sufrido casi desperfectos, gracias a la igualdad o a la mediocridad de Segunda, y que nos permite soñar con un final feliz que compense tantos malos ratos.
Otra. De Aaron Beck: “En la superficie hay más de lo que parece a simple vista”. Volviendo a lo expuesto la semana pasada. Nada es casualidad sino causalidad. Que el Córdoba haya ido en picado durante las últimas jornadas obedece a inestabilidades internas que no se exponen por pudor y por ejercer una supuesta responsabilidad. Probablemente Oltra no se sienta cuestionado, pero es muy probable que lo esté. Si eso le está haciendo tomar decisiones discutibles a marchas forzadas –en cuanto a sistemas o jugadores- es algo que puede explicar esta deriva que esperemos sea coyuntural.
“Todo lo que crece sigue un plan preestablecido” (Erik Erikson). Vale, pues ¿cuál es el plan del Córdoba para hoy? ¿cuál viene siéndolo en este tramo de competición? Atendiendo a las alineaciones y los sistemas, no para muy claro. Dijo Oltra que entre el 3-5-2 y el 4-4-2 sólo fluctúan los números, que lo importante no son las posiciones de partida sino cómo evolucionan. De acuerdo, pero ¿puede que los jugadores estén locos con tanta mutación de partida sobre el césped? ¿Qué salgan a correr como pollos sin cabeza sin tener muy claro cómo atacar o cómo defender? ¿que únicamente aspiramos a confiar en mejorar en ambas áreas y en Florin para sumar? En Soria parece que se volverá al 4-4-2, con Bijimine de central obligado y puede que Cisma devuelto en el carril izquierdo. Y con Caballero y Eddy en el centro del campo y Xisco con Florin arriba. Es otro golpe de timón. Uno más. Tal vez alguno sea el plan preestablecido correcto, pero parece peligroso probar a estas alturas de competición.
Más. “No somos lo que pensamos”, de Jun Kabat-Zinn. Porque en Soria nos temen y eso que ya tienen poco que temer y que soñar este año. Que saben que con la baja de Pedraza y la duda de Valcarce pierden bastante. Que no son fuertes en su domicilio y piensan –con razón- que somos un toro muy complicado de lidiar. Que, al margen de que temporadas precedentes hayamos llegado con un mucho mejor estado de ánimo, podemos hacerle muchísimo daño este domingo. En suma, que aunque no se crean ahora mismo capaces de conseguirlo, es probable que puntuemos en Los Pajaritos.
La última. De Mihaly Csikszentmihalyi (no me pidan que lo vuelva a escribir): “El éxtasis nos lleva a una realidad alternativa”. Si ganamos en Los Pajaritos y volvemos a vencer ante el Alavés estaremos en zona de ascenso a Primera. Y si –y es muy grande ese condicional- mantenemos ese puesto hasta el final habremos hecho un fútbol precioso y seguro y fiable y todos los adjetivos que deseen ponerle. Nada importará entonces. Y ninguna de estas citas tendrá valor alguno y nos moverá a la risa.
Toni Cruz 