La atropellada sucesión de acontecimientos que implica un campeonato de Liga tan largo como la Segunda española hace que la memoria casi no tenga tiempo de disfrutar ni de funcionar. Los aficionados cordobesistas ya casi ni se acuerdan de sonreír a pesar de que la disposición sigue siendo ideal para afrontar el tramo final de competición. No hay nada perdido ni mirando al play-off ni tampoco echando un vistazo a los dos primeros puestos, los que regalan el ascenso directo.
Pero el fútbol vive de sensaciones y las que ofrece el equipo de Oltra en estos momentos invitan a desconfiar. Aquel bloque contundente en ambas áreas, sólido, eficaz y que manejaba los encuentros a su antojo no se parece en nada al grupo timorato, trémulo, frágil y torpe con el marcador a favor y en contra.
Esta semana ha descartado el técnico valenciano que el mal provenga de lo físico. De paso, ha contado las dos opciones que tiene ante sí: “esperar a que la racha cambie, o ir a buscar que la racha cambie”. Evidentemente, su trabajo consiste en lo segundo.
El gemelo de Luso ha complicado los planes del entrenador cordobesista. Ya se sabía que Andone no iba a poder estar en El Toralín, pero la baja del maño permite especular a lo grande ¿Eddy por él con Víctor Pérez a su lado y Markovic de enganche con Xisco en punta? ¿Acaso insistir con el 4-4-2 con el retoque de De Tomás por Andone? ¿Algún cambio en la retaguardia? No hay ninguna certeza hasta la hora previa a que la pelota empiece a rodar.
De incertidumbres está llena también la parroquia berciana. La Ponferradina lleva una racha de tres puntos de 27 posibles y en sus seis últimas citas ni siquiera ha marcado. Ha pasado de luchar por afianzarse en puestos de play-off a empezar a echar cuentas para eludir el descenso. Se le ha marchado su gran estrella, Yuri, a China y su entrenador Manolo Díaz –con el que precisamente Yuri estaba enfadado– fue despedido para que tomara su puesto primero Tomás Nistal y desde el pasado miércoles el experimentado Fabri. En el entrenador gallego y en un canadiense con nombre de filósofo y pasado en la Liga India –Hume, cosas veredes en el fútbol moderno, Sancho– han confiado su suerte. Para el partido de su estreno no podrá contar ni con el portero Santamaría ni con –cosas del fútbol- sus dos jugadores cordobeses: Berrocal y Raíllo.
Será un partido de equipos fríos que se disputará sobre un páramo gélido. Toda la semana ha estado pasada por la nieve y a la hora del partido se espera el sábado una temperatura entre un grado y cero. El fin de semana pasado el mal estado del campo de El Toralín dificultó los movimientos de Ponferradina y Alcorcón, convirtiendo su encuentro en un simulacro. En esta ocasión ni unos ni otros pueden permitirse el lujo de no ofrecer lo que su situación les demanda: esfuerzo, concentración, intensidad y un triunfo que llene el estómago de sus aficiones y les permita recordar mejores momentos muy recientes.