No siempre que llueve terminando escampando, pero siempre –al final- escampa. Quien no encontrara una frase de consuelo después de lo del miércoles en Riazor puede que no descubra motivos para ir el domingo al estadio del Arenal. Incluso hay quien, encontrándola, prefiera no estar. De cualquier modo, es mejor estar. Y me justifico.
Lo primero es que por primera vez en algunas semanas en Coruña se vio un bloque. Un grupo solidario y por momentos hasta sólido que quiso y pudo competir. No se pasaron excesivos momentos de agobio y, de haberse tenido calma y tino en ataque, el encuentro hubiera tenido un final insospechadamente calmado.
Pero no tiremos de ucronías. El hecho es que, aunque pocos lo crean, matemáticamente aún se puede. Los ocho puntos con la zona segura que ahora semejan un mundo pueden ser cinco si se da una doble coyuntura que no es quimérica. Ganar al Elche no es ilógico –ya en la primera vuelta se les debió vencer– y que el Deportivo de la Coruña pierda en Anoeta, después de lo poquísimo que le vimos de juego el miércoles, tampoco resulta descabellado.
Incluso, teoría de mínimos, tras el Almería-Granada se recortarían dos o tres puntos a uno de los dos, quedando el umbral de la penúltima plaza a dos o tres nada más. Un escalón.
Es triste consuelo, sí. Pero deben bastar para aquellos que han visto al Córdoba jugar ante el Realejos, el Isla Cristina o el Mar Menor. Y para los otros, los advenedizos, que recuerden el coste del abono. O la posibilidad de ver un puñado de jugadores cedidos que no estarían en caso de descenso. O en disfrutar de la casta de Florin, por si acaso el año que viene sigue en Primera sin nosotros.
En lo meramente informativo, el Elche viene con todos menos Garry Rodrigues y Pelegrín. Al Córdoba le puede pesar la ausencia de su mejor defensor, Crespo. Le suplirá, posiblemente, Krhin, dándole a Zuculini la opción de resarcirse de su último partido disputado.
Vuelvo al comienzo. Siempre termina escapando, aunque a veces cueste creerlo. Y alguna vez, alguna, llegará a ser domingo en Primera para el Córdoba. Y no habrá nada ni nadie que nos impida sonreír.